viernes, 24 de febrero de 2017

ARCON ARTISTICO DE LA CHAPETONA



El Capitán Francisco Pérez de Lezcano, arribo al Perú con su carga, dentro de un sólido,  cofre de madera, de los llamados por entonces cofres transportables  que, a manera de arcas rectangulares, iban claveteadas  y cubiertos de piel. Conviene, por su preciada valía, agregar algunas acotaciones sobre tan importante mueble histórico y religioso;  tales cofres transportables, tan indispensables en la Edad Media, eran trabajados por expertos, a quienes se les conocía como Huacheros; y en buenas madreas duras, secas y nuevas, bien juntas y enclavijadas con buen alambre.

Además, dotadas de charnelas o de bisagras de hierro fuerte, forjadas.
La madera usada por los Huacheros de Sevilla, generalmente  era de Encina, de la que ellos nombraban “La Carrasca de Albarracín”; por compacta, dura, pesada, de color más oscura que el roble, desprovista de marcas de los vasos grandes y radios medulares anchos, desiguales, numerosos.

Estas Arcas de Viaje, como las que nos ocupa, y que actualmente existe en el Monasterio de Guadalupe, conteniendo a la Sagrada Imagen de La Virgen de Guadalupe La Chapetona, iban cubiertas en buen cuero, bien estirado, forrado y claveteado. Preferentemente, las pieles usadas  eran de cuero de vaca, de becerro y, en ocasiones, de carnero; bien curtidas y curadas.

Todo el forrado, con buena costura a dos cebos. Cabe destacar la particularidad  que presenta el “arca transportable” que tarjera el Capitán Francisco Pérez de Lezcano, a mediados del Siglo XVI, con el aporte que recibió dos siglos más tarde, a la manufactura del Medioevo, con las técnicas antes descritas, el Arca, es ricamente ornamentada e historiada, con la mayor habilidad “renacentista” en que todo su interior, está adornado con bellas pinturas sobre madera, que evocan los milagros de la Guadalupana en tierras de América, los Santos Agustinos.




CEGUCO