La Libertad:
El imponente santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Iván La Riva, esta vez nos traslada al
distrito de Guadalupe, tierra donde se levanta una imponente arquitectura
religiosa del siglo XVII. El lugar tiene una bóveda de cañón única en el norte
del país y guarda aún a La Chapetona, la primera imagen de Nuestra Señora
Guadalupe traída de Sevilla en 1560
El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y el monasterio de San
Agustín del distrito de Guadalupe, provincia de Pacasmayo, constituyen una importante expresión
de la arquitectura religiosa del siglo XVII. Esta es la segunda construcción,
pues la primera se construyó en Anlape, nombre del pueblo colonial ocupado
aproximadamente entre 1565 y el 14 de febrero de 1619, fecha en que el
“terremoto de San Valentín” destruyó muchas ciudades norteñas. En Anlape aún se
conservan algunas estructuras de la antigua la iglesia dedicada a la Virgen de
Guadalupe.
La
“Capilla Oculta”, ubicada al pie del retablo mayor, es admirable, pues sus
paredes están decoradas con frescos barroco-mestizo con motivos religiosos. Los
artistas nativos pintaron, entre las alegorías cristianas, a sus dioses: la
luna y al sol, además la silueta de un cacique. Allí se guarda a La Chapetona,
la primera imagen de Nuestra Señora de Guadalupe traída de Sevilla (España) en
1560 por don Francisco Pérez de Lezcano. Este personaje dio origen a una de las
célebre Tradiciones Peruanas, de la pluma de don Ricardo Palma, titulada, “Los
pasquines del bachiller ‘Pajalarga’”.
En el monasterio vecino subsiste el claustro principal de gran
dimensión. Posee pilares con columnas toscanas construidas con ladrillos unidos
con calicanto. Visité la celda del “hermano Diego”, mejicano y venerado lego
que llegó al monasterio de Anlape, la antigua ubicación de Guadalupe, un año
antes del terremoto de 1619. Sobrevivió a la catástrofe y cooperó en la
edificación del actual santuario y monasterio. Veintiséis años sirvió a la
Señora de Guadalupe pese a su ceguera. Aún se conserva su austera celda,
símbolo de modestia, devoción y tormento, fiel reflejo de la personalidad de
fray Diego. Conocí el cilicio de metal con el que se auto flagelaba.
Debo destacar que el territorio de este interesante distrito, a través
de los tiempos, ha sido testigo de asentamientos de varias culturas en
diferentes períodos: Limoncarro, del período Cupisnique; Pakatnamú, del
Mochica; Pañi, del Wari; Farfán y Singán, del Chimú; Namul, del período Inca y
el antiguo convento de Anlape y el complejo arquitectónico de San Agustín del
período virreinal. Todo un mosaico de épocas culturales que merecen ser
visitadas.
La visita no estaría completa si no disfrutamos los ya famosos sánguches
de pavo, acompañados de un buen café pasado. Inolvidable.
La “Perulera” que así la llamaban los españoles, “la Chapetona” para los mestizos o la “Virgen de la iglesia de Guadalupe” para los peregrinos, es una imagen muy valiosa para la Fe y Religiosidad, el Arte e Historia Fe y religiosidad. Conserva y atestigua el paso de 25 generaciones que durante 464 años se acercaron a ella para orar y mitigar sus penas y dolores. Familias criadas con su historia, milagros y tradiciones. Se dice que el guadalupano lleva en su ADN la Fe y Tradición Mariana.
Arte. Talla en cedro de 0,70 m de alto. De belleza singular y original
espiritualidad de una imagen en América del arte renacentista románico español,
de influencia flamenca. Es una figura de cuerpo entero, delgado y realista, de
gran elegancia y sobriedad que interpreta el gusto sevillano, obsérvese la
pierna derecha ligeramente flexionada, que es paso básico del flamenco, y
la frente amplia.
Historia. Tallada en 1558 en la
Escuela Sevillana. Primera imagen en bulto en América. Tiene el primer templo y
monasterio concluido en América, de calicanto al estilo arquitectónico gótico
isabelino.
Con título de PATRONA DE LA REAL
ARMADA VIRREYNAL y VIRREYNA PERPETUA DEL PERÚ, otorgado por el rey de
España Felipe II por intercesión de Francisco Álvarez de Toledo (Virrey Toledo)
quinto virrey del Perú (1571).
Coronada Canónicamente el 24 de
octubre de 1954 por su santidad Papa Pío XII, como la Santa Patrona de los
Pueblos del Norte y Excelsa Reina del Perú, 19 años antes que lo hiciera Juan
XXIII con la Coronación Canónica de la mundialmente famosa Santísima Virgen de
la Esperanza Macarena, Sevilla.
En contraste, su romería que lleva
464 años y es la más antigua en toda América, por la que tiene categoría de
“Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación” (RVM.N°127-2014-VMPCIC/MC) es
objeto de groseras deformaciones, que ha motivado una revisión en salvaguarda
conforme la Directiva del Ministerio de Cultura N°003-2015/M, que precisa que
estas expresiones amenazan la viabilidad y autenticidad de la manifestación
cultural.
Fuente:
UNDiario.pe (https://undiario.pe/blogs/voces/2024/11/19/apuntes-de-la-virgen-nuestra-senora-de-guadalupe-la-chapetona)