martes, 29 de diciembre de 2015

FERROCARRIL DE PACASMAYO

La red ferroviaria de Pacasmayo tenía una trocha de 1.44 metros, estaba formada por una sección común entre el Puerto de Pacasmayo  y Calesnique Kilometro 16, y por dos ramales que se bifurcaban en esta estación: uno hacia el Norte, con dirección a Guadalupe Kilómetro 43, y el otro, hacia el Este, con dirección hacia Chilete Kilómetro 105.

Su construcción se inicio en el año 1,871 por Ernesto Malinowsky, quien trabajo para Meiggs.
Originalmente diseñado para llegar hasta Cajamarca pero solo llego hasta Chilete el año de 1908. Este ferrocarril conectaba a dos Departamentos La Libertad y Cajamarca.
Tuvo un costo de  6’271,0564 soles, inaugurado en 1874.
Era propiedad del estado, posteriormente pasó a ser administrada por la Peruvian Corportation.
Tenía 105 kilómetros de extensión con un desvió de 26 kilómetros de Calesnique a Guadalupe.
Contaba con las siguientes estaciones:
Pacasmayo 0 km., San Pedro de Lloc 8 km., Calesnique 16 km., Tecapa 21 km., Tolón 37 km., ventanilla 42 km., PayPay 46 km., Gallito 51 km., Montegrande 55 km., Tembladera 62 km., Yonán 65 km., Quindén 83 km., Llallán 94 km., Mónica 97 km. y Chilete 105 km.
La estación del desvió a Guadalupe:
Calesnique 16 km., San José 18 km., Cultambo 22 km., Chafán 25 km., Limoncarro 27 km., Cerrillo 29 km., Talambo 34 km., Chepén 38 km., Guadalupe 45 Km.
En los años 30 los pasajes tenian un costo de Pacasmayo a Guadalupe
S/ 0,80 en Primera Clase y S/ 0.50 en Segunda. Pacasmayo a Chilete
S/ 6.00 en Primera Clase y S/ 3.00 en Segunda.
Los fletes de carga en la linea de Guadalupe, para los productos de la region se cobraban a razon de S/ 11.05 centavos la tonelada Kilometro en lotes pequeños y S/ 8.03 centavos en lotes de 10,000 Kilos o mas.
En la seccion Chilete, el costo de los fletes estaban clasificados en 10 categorias siendo la maxima de 23.08 centavos por tonelada Kilometro y la minima 7.05 centavos en esta ultima categoria se cobraban los Minerales, Trigo. Ganado Vacuno, y los productos con prosedencia del interior.
Este ferrocarril presto servicio hasta 1,967.











CESAR GUERRERO COLLAO

CEGUCO

martes, 15 de diciembre de 2015

MERCED DEL LICENCIADO PEDRO DE LA GASCA A FAVOR DE FRANCISCO PEREZ DE LEZCANO.

DOCUMENTO PARA LA HISTORIA DEL SANTUARIO MARIANO-AGUSTINIANO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE EN EL PERÚ.
Claudio Buron Alvarez, O.S.A.

Merced del Licenciado Don Pedro de La Gasca en favor de Don Francisco Pérez de Lezcano, para edificar una Venta en el Valle de Pacasmayo a fin de proteger a los caminantes que transitan de Trujillo hasta la ciudad de Piura (o San Miguel), y una Capilla o Ermita donde pueda decirse la Misa para los españoles y naturales, si fueren cristianos. Este documento tiene la fecha de 24 de Enero de 1,550.

IP-1
En la Ciudad de Truxillo, Provincia del Perú en diez y seis del mes de Abril,  año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo del mil quinientos y cincuenta años, ante el muy magnifico señor Licenciado Antonio de la Gama, Corregidor é Jues de Residencia en esta ciudad, é su tierra, por su Magestad público, y del Concejo de esta dicha Ciudad de Truxillo, paresió  presente Francisco Peres Lascano, vecino de esta dicha ciudad, é presentó un mandamiento del Muy Ilustre Señor Licenciado Pedro de la Gasca, Presidente de estos Reinos por su Magestad, en el cual parese hacerle merced de un sitio en una Venta, e Solar, é tierras en Pacasmayo, términos de esta dicha ciudad, firmado en su nombre, e refrendado de Pedro de Abendaño, su tenor.
Merced.

Del cual dice es esta guisa ==== Yo el Licenciado Pedro Gasca del Consejo de su Magestad, de la Santa y General Inquisición, su Presidente en estos Reynos y Provincias del Perú, etcétera. ==== Por quanto entendiendo ser cosa conveniente al servicio de Dios nuestro Señor, y e su Magestad, el buen tratamiento y conservación de los Naturales de estos dichos Reynos, por la diminución, que en ellos ha habido con la desorden que en tiempos pasados nuvo, e proveido é mandado que sese el cargarse de los dichos Naturales por lo que soy informado que es cosa necesaria, que el Valle de Pacasmayo termino y Jurisdicción de la dicha Ciudad de Truxillo se Pueble una Venta, para que en ella haya acogimiento, y proveimiento para los que pasaren por el camino real que por el dicho Valle y Camino Real, continuamente caminan Españoles y Naturales tratantes con Mercaderías y Ganados, mantenimientos que traen de las dichas ciudades a San Miguel, y de la dicha ciudad de San Miguel, o de otras partes a la dicha ciudad para las dichas partes, y ban y bienen a entender en otras cosas de sus Haciendas y ganaderías, y que en el dicho Valle, y Venta resida Persona que mire por la defensa de los Naturales, y se escusen algunos inconvenientes que se podían ofreser en perjuicio de ellos no estando poblada; é porque vos Francisco Peres Lescano, vecino de la Ciudad de Truxillo, como zeloso del servicio de su Magestad, é de la conservación de los dichos Naturales é buena providencia de los pasasen por dicho Valle, bos habéis aplicado a edificar y hacer Fundar,  y poblar una Venta en dicho Valle. Por tanto por la presente y atento a los servicios que vos Francisco Peres Lescano, en estos Reinos haveis fecho a su Magestad, especialmente en el allanamiento, e castigo de Gonsalo Pizarro, é los que le siguieron, y en otras cosas, que se os han encargado y a la necesidad que me consta que ay, que la dicha Venta se pueble en dicho Lugar, y sitio por el beneficio que de ello se seguirá asi a los dichos Españoles, como a los dichos Naturales. En Nombre de su Magestad, é  por virtud de que me hallo de Juez, é comisiones que para ello tengo, que por su notoriedad, aquí no van incertos, doy licencia, y facultad, avos el dicho Francisco Pérez de Lescano, para que en dicho Valle de Pacasmayo en la parte y lugar más conveniente para ello, que sea apartada cinco leguas, antes más que menos, de qualquiera otra venta, que estuviera dada, a otra Persona, podrá hacer y edificar una Venta,  contando que dentro de un año próximo siguiente que corra, y se cuente desde hoy día de la fecha de esta, tengáis fecha y poblada la dicha Venta, é junto a ella una Ermita de mediano tamaño, cubierta, con su Altar dentro donde tengáis puestas imágenes, con ornamento cumplido, con que los Clérigos, é Religiosos, que por allí pasaren puedan desir Misa para los Españoles y Naturales que fueren cristianos, y haya donde los que por allí pasaren vayan a hacer oración, con que dentro de tres años próximos siguientes, traigáis confirmación de su Magestad, de esta Merced, que en su Real nombre, deseo hacer, con que degeis a todos los a Naturales, Casiques y Principales, y otro qualesquier Indio vender libremente en la dicha Venta todo los que quisieren, y tuvieren, con que todo lo que se diere, y proveyere en ella a los caminantes en la Posada, sea a los presios que por la Justicia mayor de dicha Ciudad de Truxillo, fuere en cada año, moderado é tasado. Y por la presente mando a la Justicia Mayor, y Alcaldes ordinarios que al presente son, y fueren de la dicha Ciudad de Truxillo, en cada uno de ellos, que luego que vos el dicho Francisco Peres Lescano, e por quien, y lugar en la comarca arriba dicha donde paresca de debe hacer Fundar, y poblar la dicha Venta, para que la hagáis, y edifiquéis, é para ello, os señalen los dólares é tierras, necesarias para servicio de la dicha Venta é os den posesión de todo ello, é metido os amparen en ella, para que de ella useis como cosa vuestra propia, é cumpliendo lo así dicho, mando, que por ninguna, ni algunas Personas seais molestado, ni perturbado en ella sin que primeramente seais oydo, é vencido por fuero, é por derecho, e que todo lo aquí contenido se guarde y cumpla, so pena de mil pesos de oro a cada uno que lo contra digere, para la Cámara de su Magestad ==Fecho en los Reyes a veinte y cuatro de Enero de mil quinientos cincuenta años === El Lizenciado Gasca=== Por mando de su Señoría, ===Pedro Abendaño.





Presentación por Francisco Peres Lescano del documento de Merced ante el Corregidor de la Ciudad de Truxillo, para que se le de posesión de las tierras; señalamiento de las mismas y entrada en posesión de ellas.
I P-2
E presentado el dicho mandamiento de merced en la manera que dicho es, el dicho señor Licenciado ========== dixo =========== Que por quanto su merced no puede ir a ver el sitio de la dicha venta, que se ha de hacer, por estar ocupado en muchos negocios, e de camino para la Ciudad de los Reyes, por tanto dixo ===== que cometía, e  cometió lo suso dicho, a Alonso de Abila Alguacil mayor de esta Ciudad al qual mando vea el mandamiento de su señoría, suso dicho y conforme a lo que su señoria manda en el, señale el sitio de la dicha venta, e solares, e tierras que sean necesarias para el servicio de ella, guardando en todo la orden contenida en el dicho mandamiento, lo qual haga ante todas cosas, y lo firme a su nombre, y lo rubrique y registro, y conste de lo fecho en el caso , a que manda que señalado el sitio e tierras de la dicha Venta, y fecha guarden en ella el Aransel, que al presente esta fecho en esta Ciudad, que ha de pagar de los bestimentos, é otras cosas que en ella se dieren, e firmada el Licenciado de la Gasca. ======  Pasó ante mi: Juan Lopez de Cordova Escribano Publico, y del Consejo en el Tambo Real de Pacasmayo, termino y jurisdicción de la Ciudad de Truxillo, en dos días del mes de Mayo, año de mil y quinientos y cincuenta años. == Yo Alonso de Abila, Alguacil Mayor de esta Ciudad de Truxillo, en cumplimiento del Muy Ilustre Señor Pedro de la Gasca, Presidente de estos Reynos, y de LA Comisión de mi dada por el muy Magnifico Señor Antonio de la Gama, Corregidor é Juez de residencia por su Magestad en la dicha Ciudad de Truxillo, que es lo de esta otra parte contenido: y estando en el dicho Tambo y paresiendo ser sitio conveniente, é cómodo para señalar la dicha venta, que su señoría manda le señale a Francisco Pérez Lescano, vecino de la dicha Ciudad de Truxillo para que en el edifique la dicha Venta, y una Iglesia, conforme, a como su Señoria lo manda en su mandamiento, é  le señale por solares todo lo que el dicho Tambo, sacado de tapiería y adoves, que serán diez solares poco mas o menos, y le señale dentro de dicho Tambo corrales y criaderos para sus Ganados, todos los que allí hubiere, y mas le señale tierras, en que puedan sembrar, é coger Mais y Trigo y otras Legumbres, e Huertas para que la dicha Venta se pueda acrecentar é tenga proveimiento de todo lo que allí se hubiere menester; las quales tierras, le medí en esta manera ===== desde la Puerta y entrada de  dicho Tambo, hacia el principio del dicho Valle, que es el Camino Real, mil varas de medir, y desde la Puerta del dicho Tambo, hacia el principio del dicho Valle, que es el Camino,  que va a  la dicha Ciudad de Truxillo, siguiendo ni más ni menos, del dicho Camino Real, quinientas varas, y de allí para arriba, y hacia la sierra mil varas de medir, é de la parte de arriba, mil quinientas varas ni mas ni menos, que en el camino Real y luego mande al dicho Francisco Pérez Lescano. Que amojonase la dicha tierra, e le pusiese señales, el en cumplimiento de lo por mi mandado hizo cuatro mojones é puso en sima de cada uno una Cruz, los quales están puestos en las quatro esquinas, do empiezan y acaban de medir las dichas, y luego en cumplimiento de dicho mandamiento, di posesión al dicho Francisco PeresLescano, e di corporalmente, y le apercevi, cumpla con lo en el dicho mandamiento contenido de hacer y edificar luego la dicha Venta e Iglesia, y en el termino que su Señoría lo manda, so las penas y apercibimientos en el contenidas el qual, dixo que lo cumplirá y quedo en ello, quieto y pasifico sin contradicción alguna, é lo pidió por testimonio, é yo se lo di como ha pasado, siendo a todo testigos Juan Guillen y Juan Illanes, y Alonso de Anaya. Fue este fecho en el dicho día, mes y año suso dicho, fírmelo de mi nombre, é para mas abundamiento mande al dicho Alonso de Anaya, y Juan Guillen, que lo firmen de su nombre, porque el dicho Juan de Illanes, no sabe escribir, e no firmo ===== Alonso de Abila === Por testigo Alonso de Anaya ==== Por testigo === Juan Guillen. ===

E yo Antonio de Pas escribano de su Magestad, público y de Cabildo de esta dicha Ciudad de Truxillo, doy fé, que en los Rexistros que en mi poder están, que pasaron ante Juan Lopez de Cordova, mi antecesor Escrivano público, que fue de esta Ciudad, halñle esta escritura firmada según dicho es, y doy fe, que va bien sacada y concertada con el original que queda e mi poder e fize aquí este mi signo a tal. En testimonio de verdad Antonio de Paz. Escrivano Público y de Cavildo ===

domingo, 22 de noviembre de 2015

LOS FORJADORES DE LA PROVINCIA

EL CORONEL DON JOSE BERNARDO GOYBURU Y ESTEVES
Y EL SEÑOR DON ALEJANDRO DE LA FUENTE GOYBURU

Al tratar en las páginas de esta obra de relevar a la provincia de Pacasmayo en el periodo comprendido, 1864-1947, es justo que consignemos nuestro fervoroso tributo de admiración dos figuras eminentes: JOSE BERNARDO GOYBURU Y ESTEVES Y ALEJANDRO DE LA FUENTE Y GOYBURU. Podemos considerarlos como los forjadores de la Provincia, pues a estos ilustres Sampedranos se debe el feliz éxito con que se coronaron las gestiones tendientes a la hegemonía política de Pacasmayo.
La figura simbólica del patriota sampedrano Coronel José Bernardo Goyburu digno de todo lauro y gloria, se yergue no tan solo elevando el pendón del engrandecimiento de su pueblo, si no también, por su patriotismo en la reivindicación de los derechos nacionales, vulnerados por ciegas pasiones.
Más de una vez, el Coronel Goyburu reclamó, con las armas, en rebeldía, el respeto a los principios fundamentales de la constitución y la dignidad del país. Los primeros años de su vida, la flor de su existencia, deslizáronse en su pueblo natal, San Pedro de Lloc, lugar donde escuchaba con atención suma charlas guerreras sustentadas por su tío el Coronel don José Andrés Razurí.
Goyburu, en sus años mozo, fue el joven mimado de la sociedad Sampedrana. Considerado como el mas gallardo de su época, fue siempre el numero uno en múltiples jornadas cívicas de una juventud entusiasta. Su brillante carrera pública se inicio al ser nombrado Gobernador de San Pedro de Lloc, cuando este pueblo era aun Distrito de la Provincia de Chiclayo. Posteriormente, se le confió la Presidencia de la Corporación Municipal, cargo en el que demostró capacidad, al par que honradez y celo en el desempeño de sus funciones.
Mas tarde, por sus propios meritos (no por servilismo denigrante, ni por el favoritismo, gamonal) fue nombrado Coronel de la Guardia Nacional del Valle de Pacasmayo.
En suma Goyburu fue un varón ilustre y un verdadero orientador. Su nombre inmaculado, su serena figura, su múltiple personalidad eran conocidas ampliamente en el Departamento de La Libertad. De allí que los coroneles Lizarzaburu y Hercelles, se presentaron en San Pedro en 1842, solicitándole su colaboración para derrocar al Gobierno de hecho constituido por el General Crisóstomo Torríco. Consiente a sus deberes ciudadanos, no pudo sustraerse Goyburu a esta petición, e hizo un llamado a sus comprovincianos, quienes, a pesar de las escasas armas son que contaban, se alistaron en filas, habiendo sido pacasmayinos los que contuvieron el avance de las tropas mandadas por el Coronel Joaquín Torríco hermano del usurpador, impidiéndoles que continuaran viaje a la Capital de la República. Ambas fuerzas se trabaron en sangriento y encarnizado combate en el valle de Moche, conquistando la victoria las huestes restauradoras del Coronel José María Lizarzaburu, quien conto en todo momento con el imprescindible apoyo de Goyburu, que desempeñaba el cargo de Jefe de Estado Mayor.
Luego de esta concluyente victoria, Lizarzaburu marcho a Lima, encomendando al joven patriota la Prefectura del Departamento y el Comando Militar del Norte, cargos de gran responsabilidad cívica en esos trascendentales momentos.
Al asumir el mando supremo el Vice-Presidente de la república, volviendo así el país a la normalidad, se expidió a don José Bernardo despacho de Coronel, en reconocimiento a su brillante y patriótica actuación.
Corría el año 1844. La República volvió a convulsionarse y el Mariscal Castilla, gobernante de la época, con aquella inigualable “pupila” que le caracterizaba para el conocimiento de los hombres, encomendó al Coronel Goyburu la pacificación del norte del país, invistiéndolo para el efecto con el titulo de Comandante General, puesto que desempeño al mismo tiempo que el de Prefecto de La Libertad. Premunido de estos poderes, el Coronel Goyburu  organizo una división de “GUARDIAS NACIONALES” de la Provincia constituida en su mayor parte por elementos del Valle de Guadalupe, marchando de acuerdo con su amigo el Coronel José María Plaza, avanzo al mandó de estas fuerzas hasta Zaña, cortando así el paso a las tropas de Beltrán, que bajaban de Chota, obligándolas a capitular. Con esta ponderable acción, la fama de Goyburu ya no se encuadro solamente en los límites del Norte sino que se extendió por toda la República.
Las luchas intestinas en el seno de la Patria entraron en un franco periodo de reposo, de tregua, y fue entonces, que el Coronel Goyburu emprendió la ardua tarea a favor de la hegemonía política de su circunscripción. Consulto su brillante idea con su buen amigo Don José del Carmen Baca, prestigiosa personalidad de Lambayeque y hacendado de Ucupe, quien se comprometió a prestarle su valiosa ayuda y recomendó el proyecto a su amigo el, Senador por Lambayeque, don Manuel Arizola.
Por otra parte, Goyburu comisiono a su sobrino Don Alejandro de la Fuente y Goyburu (joven acaudalado y de vastas relaciones en la sociedad de esos tiempos) para que hiciera en Lima las gestiones del caso. Los representantes de la Cámara de Diputados por la provincia del Departamento de La Libertad, presentaron el proyecto el 21 de Noviembre de 1860. Poco tiempo después se dicto una resolución, pidiendo informe al Supremo Gobierno, documento firmado por los Señores Justo del Mar, L. Santa María y José M. de Goyeneche.
La comisión de demarcación, integrada por los Señores Andrés Trujillo, José M, de Goyeneche, L. Santa María, expedió con fecha 2 de Marzo de 1862, dictamen favorable a la creación de la nueva provincia.
El 21 de Noviembre de ese mismo año, el expediente que había vuelto a la Comisión, es dictaminado favorablemente por amplia mayoría con el voto fundamentado de los señores Manuel Arenas, Manuel A. Osores y Juan B. Sánchez, habiendo firmado el dictamen minoritario, opositor  a los ideales pacasmayinos, el diputado por Piura don Leónidas Echeandía. Ese mismo día el expediente en referencia paso a la orden del día, permaneciendo en mesa hasta 1864, en que la tenacidad del Coronel Goyburu y de Don Alejandro de la Fuente, asesorado por sus innumerables influencias políticas y personales, lo hicieron volver nuevamente ante el concenso de la representación. Nacional, cristalizando así el justo anhelo de progreso de los pacasmayinos.
Las cartas que reproducimos a continuación son documentos de gran valor histórico, que plasman para la inmortalidad los afanes de Don José Bernardo Goyburu y de Don Alejandro de la Fuente en pro de la creación de la Provincia de Pacasmayo. Helas aquí:


Pacasmayo, Julio 15 de 1864.
Señor Don José Baca.
Ucupe.
Mí querido amigo:
Es en mi poder su apreciable de hoy. No puede Ud. Imaginarse lo sumamente agradecido que le estoy, por los pasos que esta dando a favor de la división de la provincia. Con su mediación, estoy tranquilo, porque no dudo de su buen resultado ni un instante. Solo si, siento haberle obligado a dar un paso, que estoy seguro que por servirme lo ha hecho, pues varias veces he oído decir sobre lo duro que le es pedirle eso a Arizola.

De Ud. Atto. Y S.S.
(Fdo) Alejandro de la Fuente.



Lima, Octubre 2 de 1864.
Sr. José C. Baca.
Ucupe.
Mí apreciado amigo:
Sin duda que este vapor le escribiría Arizola, sobre la cuestión de la Provincia, que como Ud. sabe se encontraba desde la Legislatura pasada, a la Orden del Día, y cuyo expediente para más seguridad, existía en poder de don Francisco Andraca. Como este amigo es de alguna influencia, luego que supo que lo había llegado con la nueva de darle giro, vio al General Echenique, y cuando menos lo pensé, fue aprobado en la Cámara de Diputados, sin mi conocimiento y cuando me encantaraba en el Callao. Este paso avanzado de mi encargado, lo atribuye Arizola como un desaire, pero como no estuvo a mi alcance para satisfacerlo y al efecto lo busque en su casa al no encontrarlo pase al Senado, donde lo encontré de acuerdo con Zapata, que agraciaba porque Guadalupe fuera la capital de la Provincia. Como no me pareció bien hablarle delante de este, fui a la Moneda, donde Herteano, a quien interese, a fin de que evitase esto, pues ante la conveniencia de los pueblos era preciso sacrificar todo amor propio. Eso mismo le hice decir por varios amigos, y todos me contestaron negativamente, diciendo que no querían entenderse conmigo si no con Fuentes. Yo, que en estos casos todo sacrificios que el bien común, he resuelto aplazar la cuestión para que se entienda con Alejandro, que deberá llegar, el que se que, aunque cuento con una mayoría en la Cámara para hacerla triunfar, no quiero exponerla a una incidencia que puede traernos fatales resultados. Espero la llegada de Alejandro para que esto quede concluido y marcharme.

(Fdo) José B. Goyburu.



Lima, Noviembre 12 de 1864.
Señor Don José Baca.
Ucupe.

Querido Amigo:
Sin ningún a que referirme, tengo el agrado de comunicarle que ayer ganamos división de Provincia en Senadores, gracias, se lo he dicho, al influjo de usted con el amigo Arizola que se ha portado y trabajo sin cesar para su buen resultado.
Los sampedranos no olvidaremos este señalado servicio que le debemos y esperamos que nos quede día de mostrarle nuestro agradecimiento.
El 18 saldré de aquí para Pacasmayo. Mi tío José Goyburu se queda para irse conmigo.

De Ud. Atto. Y S.S.
(Fdo) Alejandro de la Fuente.


Guadalupe, noviembre 25 de 1864
Sr. José C. Baca.
Ucupe.
Querido amigo.
Mediante los favores de Ud. Y demás amigos, tenemos la división de la Nueva Provincia de Pacasmayo y acepto con satisfacción las felicitaciones que me hace en su estimada que recibí anoche. Muchos han sido los esfuerzos y mayor el gusto que he tenido cuando se han realizado en perfecta paz, con el amigo Arizola, quien al fin se convenció de que todo no pasaba de chismes; en fin, en pocos días que Ud. Venga hablaremos.
Ayer debe haber salido Alejandro de Lima, con la ley de la nueva Provincia y como, lo habrá Ud. Escrito también de Subprefecto, cosa que tiene a Fuente muy airado.
Este sobrino y su familia se vienen a casa para la Feria y esto más, lo podía obligar a poder estar con nosotros.
Con recuerdos a Agustina, me repito su amigo y S.S.

(Fdo) J.B. Goyburu.


ARTICULO EN PACASMAYO Y SUS HOMBRES REPRESENTATIVOS DE JOSE VICENTE RAZURI LIMA-1947


Las gestiones se iniciaron en el año 1860 con el siguiente proyecto de ley:
Señor: Los pueblos que comprenden el fértil Valle de Pacasmayo en el Departamento de La Libertad y son parte en el día de la Provincia de Chiclayo, llenos de confianza se dirigen a la Representación Nacional, pidiendo que vuestra justificación y sabiduría los erija en Provincia separada de Chiclayo por las razones de conveniencia publica que se manifiestan en las actas celebradas por todos los distritos que deben componer la nueva Provincia de Pacasmayo.
Reproducir todos los fundamentos aducidos, seria ocupar dos veces vuestra atención, puesto que las actas que dan merito a esta proposición, lo dicen todo y suplicamos que os dignéis fijaros detenidamente en su contenido.
Llevados por las consideraciones que se expresan en las actas y deseando solo el progreso y su bien, los pueblos que deben componer la nueva Provincia, sin averiguar ningún motivo de celo ni rivalidad, para las otras poblaciones que quedan a la provincia de Chiclayo, y menos para su capital, hacen uso solo del derecho perfecto que tienen todos los pueblos  para procurar su bienestar, sin daño se otro, derecho que hizo valer Chiclayo para separarse de la Provincia de Lambayeque a que perteneció, con cuya división Chiclayo ha ganado en todos sus aspectos. El Valle de Pacasmayo teniendo toda clase de elementos, aspira pues con justicia, reportar el mismo bien, que recibió Chiclayo.
Persuadidos los representantes que suscriben, que la prudencia y sabiduría del Congreso, hará justicia a los pueblos de Pacasmayo, tienen el honor de formular la siguiente proposición:
El Congreso, etc.

CONSIDERANDO:
1.- Que los ocho pueblos que componen el Valle de Pacasmayo, tienen la suficiente población, y todos los recursos necesarios para constituirse en provincia independiente de la de Chiclayo.
2.-Que es un deber de la Representación Nacional, responder al adelantamiento de las poblaciones, facilitándoles por medio de la acción administrativa todos los recursos que sean necesarios para conseguir este fin:
DECRETA:
Articulo 1º Los distritos de San Pedro, Pacasmayo, Jequetepeque, San José, Guadalupe, Pueblo Nuevo, Chepén y Lagunas, comprenderán una nueva provincia que se denominara Pacasmayo y cuya Capital será la Villa de San Pedro.  
Articulo 2º La línea divisoria entre la nueva provincia y la de Chiclayo será el Río Lagunas.
Comuníquese.- Lima, Noviembre 21 de 1860, (Firmado): Nicolás Rebaza.- Francisco C. del Barco.- Juan de los  Heros.- Santiago Riquelme.- José Gervasio Mercado.- Noviembre 24 A la Comisión de División Territorial.-  Una Rubrica.- Firmado Zarate.
Lima, Diciembre 4 de 1860.
Pídase informe al Supremo Gobierno por el conducto regular, con todos los antecedente4s de su propósito. Una rubrica. Firmado. Justo del Mar.- Santa María.- José M. Gozeneche.
La comisión de Demarcación Territorial, compuesta por los Señores Andrés Trujillo, J.M. Goyoneche, Luis Santa María, Nicanor Gonzales y Justo del Mar, opino con fecha dos de Marzo de 1862, en forma ampliamente favorable; pero, volvió a Comision. El 21 de Noviembre del mismo año, la Comisión en mayoría, formada por los señores Manuel Arenas, Manuel A. Osores y Juan B. Sánchez, opino en sentido favorable, no así el representante Leónidas Echeandia, quien, en su extenso dictamen, se opuso abiertamente a las aspiraciones de los proponentes y al Memorial firmado por los vecinos del Valle de Pacasmayo. El mismo día 21, paso a la Orden del Día, donde se estanco hasta el 27 de Setiembre de 1864, en que fue aprobado el proyecto, pasando  el expediente a la Cámara de Senadores.

Poco después la Cámara de Senadores devolvió el expediente con el siguiente oficio:
Un sello que dice CAMARA DE SENADORES: Lima Noviembre 11 de 1864.- Excelentísimo Señor Presidente e la Cámara de Diputados, E.S.-  La Cámara de Senador ha procedido a reiniciar el proyecto a que ese objeto se sirvió V.E. remitir, con su apreciable nota del 27 de Setiembre último, sobre la creación de una nueva provincia que se denominara Pacasmayo, cuya Capital será la Villa de San Pedro; y que en sesión de fecha, ha sido aprobado, desechando la palabra Lagunas del Art. 1º, sustituyendo el Art. 2º en estos términos: la línea divisoria  de entre ambas provincias  será la recta que partiendo de Lagunas pase por el Portachuelo de la Viña y termine en los limites de Niepos.
Lo que tengo la honra de comunicar a V.E. Para que se sirva ponerlo en conocimiento de la Cámara que dignamente preside.- Dios Guarde a V.E. Firmado. Ramón Castilla.
Lima 15 DE Noviembre de 1864.- Contéstese que la cámara se ha conformado con la modificación.- Una rubrica.- Arnao.

La Comisión de Redacción de la Cámara de Senadores se pronuncio en la forma siguiente:

“COMISION DE REDACCION”

El Congreso de la República Peruana.

CONSIDERANDO:
Que la división y subdivisión del territorio de la República en el mayor numero de circunscripciones administrativas que posible sea, en atención a la naturaleza del territorio y el número de habitantes que lo pueblan, facilitan la acción del gobierno supremo y mediante ella reportan los pueblos los bienes que necesariamente les procura la inmediata vigilancia de las autoridades políticas, siendo por tanto deber del Congreso decretar la creación de nuevos Departamentos y Provincias, siempre que se manifiesten convenientemente las circunstancias favorables al intento en que se encuentran los pueblos  y territorios que deban formarles; y habiéndose suficientemente demostrado que los distritos comprendidos en el valle de Pacasmayo, pueden formar una Provincia distinta a la de Chiclayo, a la que hoy corresponde:


“HA DADO LA LEY SIGUIENTE”:
Articulo 1º.- Los Distritos de San Pedro, Pacasmayo, Jequetepeque, San José, Guadalupe, Pueblo Nuevo y Chepén, formaran una nueva Provincia que se denominara Pacasmayo, de la cual será la capital la Villa de San Pedro.
Articulo 2º.- La línea divisoria de esta Provincia y la de Chiclayo, será una recta que partiendo del Alto denominado de Lagunas, corra por el punto conocido con el nombre de Portachuelo de la Viña, y termine donde comience el territorio del Distrito de Niepos, perteneciente a la Provincia de Chota.
“Comuníquese al Poder Ejecutivo para su promulgación y cumplimiento”.
“Dada, etc.”.
“Dese cuenta.- Sala de la Comisión en Lima, Noviembre 16 de 1864.- Firmado.- J.A. de Lavalle.- Antonio Arenas.- Torres Calderón”.- Se paso con fecha 19.- La firmaron los señores  Presidente Castilla Y Echenique y Secretario Chávez Arnao”.
“Lima 19 de Noviembre de 1864.- aprobada.- una rubrica.- Firmado.- Arnao”.
La autógrafa fue entregada al Vicepresidente encargado del Poder Ejecutivo, General Pezet, quien la promulgo el 23 de Noviembre de 1864.


REVISTA PACASMAYO, PACASMAYO NOVIEMBRE DE 1964


lunes, 26 de octubre de 2015

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE 
EXTREMADURA ESPAÑA
HISTORIA DEL CULTO Y CRONICA DE LA CORONACION CANONICA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
PRESBITERO WENCESLAO AGUILAR L.


ANTECEDENTES HISTORICOS
Antiquísima es la imagen de nuestra Señora de Guadalupe venerada en Extremadura.  Esta labrada de madera oriental, pero se ignora el nombre del artífice  y en que época fue tallada. Ya en el Siglo VI se hallaba en poder del Papa San Gregorio Magno, quien la veneraba en su oratorio particular, del que la sacaron en ocasión muy aflictiva para la ciudad de Roma, asolada por una extraña y mortífera epidemia.
 Muchísimas personas sucumbieron heridas del terrible azote, cuya manifestación externa consistía en repetidos estornudos, a lo que inmediatamente seguía la muerte. De allí la frase “DIOS TE AYUDE”, dichas por los que se hallaban al lado de la persona contagiada con el terrible mal.
 Con tan triste motivo cundió por la Ciudad  Eterna un pánico extraordinario. El mismo pontífice San Gregorio, cuyo antecesor Pelagio había muerto de tan extraña dolencia, movido por una inspiración del cielo, saco procesionalmente por las calles de Roma a la imagen de la Santísima Virgen, que guardaba en su oratorio, y en el acto cesó la epidemia que tantos estragos había ocasionado entre los romanos.


COMO VINO A ESPAÑA
Compréndese   fácilmente por lo expuesto, cuanto aumentaría la estimación del Santo Papa a tan milagrosa imagen, y cuan grande debía ser por lo tanto el afecto que profesaba a la persona a quien hizo donación de ella y que no fué otra que el insigne San Leandro Arzobispo de Sevilla, a quien conoció el Papa San Gregorio en Constantinopla, donde era Legado  Pontificio cuando San Leandro fue a pedir al emperador que prestase su valioso apoyo a San Hermenegildo, perseguido por su padre Leovigildo, partidario del arrianismo.
Mientras residío San Leandro en Constantinopla, tuvo muy frecuente trato con el entonces Legado y después Papa San Gregorio, quien al ser elevado al solio pontificio, se acordó de su amigo y le rogó que pasase a Roma para ayudarle con sus luces y consejos a gobernar la nave de Pedro, invitación que declinó el insigne arzobispo de Sevilla, por hallarse a sazón ocupado en preparar la conversión de Recaedo, el cual había de mudar  de manera tan feliz los destinos de la nación española.
Comprendió desde luego el Papa San Gregorio la razón que asistía a San Leandro para no abandonar a España en aquellas circunstancias; más como insistiera el Pontífice en  el  deseo de tener su lado a un varón de extraordinarios dotes de ciencia y santidad, para que le asesorase en los arduos asuntos encomendados a su cuidado como Vicario de Jesucristo en la tierra no pudiendo San Leandro prestarle su concurso personal por la razón antedicha envióle a su hermano San Isidro, cuya sabia cooperación agradeció tanto San Gregorio que cuando aquel regresó a España después de haber prestado muy señalados servicios a la Santa Sede, le hizo donación de varias reliquias y de la milagrosa imagen de la Santísima Virgen que tenía en su oratorio, para que se la entregase a San Leandro en testimonio de su gratitud por haberle enviado tan excelente auxiliar y consejero.
Partióse de Roma San Isidro con las santas reliquias y la venerada imagen al finalizar el siglo VI. Pronto experimentó el benéfico influjo de la sagrada efigie de la Madre de Dios. Apenas el navío que le conducía a España se hallo en alta mar, levantóse recia tempestad que lo puso a punto de naufragio, con grande riesgo de la tripulación y pasajeros.
Aunque sin resultado  feliz, puso en práctica el capitán de la nave cuantos medios puede emplear un marino valeroso y experto para capear el peligro temporal. Ya soló quedaba encomendar a Dios la salvación de las almas, perdida la esperanza de salvar los cuerpos.
Mas en aquel desesperado trance, el espíritu de Dios iluminó el entendimiento de San Isidro y movió su voluntad a que sacase de la cámara donde estaba depositada la imagen de la Santísima Virgen, y haciéndola llevar sobre  cubierta arrodillóse ante ella rodeado de la tripulación y pasajeros y todos suplicaron con vivas instancias a la Reina de los cielos que lo ampare en aquel terrible trance. La excelsa Señora acogió favorablemente su plegaria, pues en aquel mismo punto amainó el viento, se fué sosegando el imponente oleaje que amenazaba tragarse la nave, y pudo ésta navegar sin tropiezo alguno por la superficie de las aguas suavemente onduladas.

Con mar bonancible y viento de popa llego el navío al puerto de Cádiz. Habiendo desembarcado, llevaron procesionalmente la santa imagen por las calles, y a su paso se agolpó numeroso gentío que enterado del milagro que había salvado las vidas del santo Prelado y de sus compañeros, se unió a estos para tributarle el homenaje de su fervoroso culto. Otro tanto sucedió en Sevilla, en cuya iglesia mayor quedo depositada con grande pompa y solemnidad.

DURANTE LA DOMINACION ARABE
Allí permaneció hasta que la invasión de los árabes obligó a los cristianos a replegarse a las regiones septentrionales para librarse del furor agareno.
En aquella triste y accidentada huída procuraron nuestros antepasados sustraer a la profanación mahometana las reliquias, imágenes y demás objetos sagrados.
La imagen de la Santísima Virgen, fue del número de las salvadas por un grupo de cristianos fugitivos que partieron camino a Extremadura. Penetrando en dicha región, se detuvieron al pié de una áspera montaña, por la que fueron subiendo tras un breve descanso, hasta que tropezaron con una cueva abierta en las breñas. En ella depositaron la sagrada imagen con otras varias reliquias. Hicieron luego de todo el correspondiente inventario del que dejaron un ejemplar firmado,  haciendo constar la procedencia de todos los objetos que allí quedaban depositados, para que pasada la borrasca que le había obligado dejar sus hogares, fueran reconocidos y vueltos a los lugares de su procedencia, evitando así que las profanasen y destruyesen los moros.
Pronto invadieron éstos la región extremeña y en ella se establecieron, dando nombres arábigos a los lugares que ocupaban. De ahí que la montaña donde quedó oculta la imagen de la Santísima Virgen tomase el nombre del río que de ella descendía y que los moros llamaban Guadalupe, que significa “Rio del Lobo”.
Oculta permaneció la imagen de la Santísima Virgen durante la dominación agarena en Extremadura, y oculta siguió después de reconquistada dicha región por los cristianos hasta ya entrado el siglo XIV, en que el Señor quiso que fuera descubierta de un modo prodigioso, para más excitar hacia ella de veneración de fieles.

EL VAQUERO GIL
Refiere la tradición, confirmada y autorizada por la sanción de la iglesia, que por aquel tiempo, cierto vaquero llamado Gil Cordero, que apacentaba unas vacas en las inmediaciones del castillo de Alía, tuvo la desgracia de perder una de ellas. Aguijoneado por el natural deseo de hallarla, estuvo tres días consecutivos recorriendo todos aquellos lugares, hasta que rendido de cansancio se sentó junto a una fuente. Cerca de ella descubrió a la res tendida y muerta, sin que pudiera averiguar la cusa de aquella desgracia, por que la vaca no prestaba señal de herida ni contusión que indicara la menor violencia.
Sintió, como era natural, la pérdida de la res, pero quiso a lo menos aprovechar su piel desollándola. Por ello empezó haciéndole dos cortes en  el pecho en forma de cruz con su cuchillo. ¡Cuál no fué su sorpresa al ver que el animal se levantaba vuelto a la vida!.
Lleno de asombro se puso a mirar por doquier, creyéndose engañado por algún maleficio. Su admiración subió de punto al ver ante él una hermosísima Señora circundada de resplandores, la cual con voz armoniosa y dulcísima le declaró ser la Santísima Virgen María. Mandóle que fuese a Cáceres con la vaca milagrosamente resucitada, para que ella sirviese de testimonio de la verdad de la misión que le confiaba. Consistía en decir al clero y al pueblo de la mencionada ciudad, que le acompañasen al sitio donde había hallado a la res muerta, y apartasen unas piedras que le señaló y que ocupaba la cueva donde se hallaba depositada una imagen suya, pues quería que fuese descubierta y colocada en una capilla que había de erigirse en aquel mismo lugar, para que la venerasen los fieles. Deslumbrado quedo el vaquero Gil por los resplandores de la aparición y asustado al oír las palabras de la Señora. No volvió en si hasta que desapareció la celestial visión. Ató luego la vaca con una cuerda que a prevención llevaba, y se fué con ella al sitio donde se hallaban otros vaqueros compañeros suyos, a quienes refirió el maravilloso suceso. De que decía verdad daba testimonio el pecho de la vaca, en que se veía de manera clara y distinta los dos cortes que con su cuchillo le había hecho para arrancarle la piel.
Admirados quedaron los vaqueros con aquel extraordinario relato. Todos ellos convinieron en que Gil debía ir a Cáceres para dar parte del milagroso suceso a la autoridad eclesiástica.
 Encaminóse Gil en dirección a Cáceres. Antes de presentarse a las autoridades eclesiásticas, movido por un vehemente deseo de ver a su familia, entró en su casa. Cuál no fué su dolor al saber que su hijo único había muerto el día anterior. Su atribulada esposa salió a darle tan triste nueva. Díjole además, que de un momento a otro iban a venir el clero y acompañamiento para la ceremonia del entierro del cadáver. Todo ello produjo en el vaquero una impresión dolorosísima. Pero confiado en la Santísima Virgen de la que era mensajero, juzgó que si la Señora había resucitado a un animal para que diera testimonio de la veracidad de sus palabras, bien podía resucitar a su hijo, si se lo pedía como premio del celo con que cumplía su encargo.
Así sucedió efectivamente; pues apenas el clero y las demás personas que habían de acompañar el cadáver al cementerio llegaron a la casa mortuoria, levantóse del féretro el hijo del vaquero Gil, y pidió a su padre que le llevase al lugar donde la Santísima Virgen se le había aparecido, pues quería darle gracias por su milagrosa resurrección.


HALLAZGO DE LA IMAGEN VENERACION DEL PUEBLO Y DE LOS REYES
Grande asombro produjo entre los que presenciaron esta escena tan señalado prodigio y mayor todavía las palabras del mancebo cuyo significado no entendían. Refirió entonces el vaquero Gil a los circunstantes lo que había sucedido al hallar su vaca muerta, y de que modo volvió a la vida con todos los pormenores de la celestial aparición; y como de la veracidad de sus palabras daban testimonio la señal de la cruz hecha en la vaca por él mismo y el milagro de resurrección de su hijo que acababan de presenciar dieronle crédito y le acompañaron a la sierra de Guadalupe, donde siguiendo las indicaciones de la Santísima Virgen, descubrieron su imagen y con ella las reliquias de varios santos, de cuya autencidad daba testimonio el acta depositada en la cueva por los cristianos que allí las ocultaron.
Quisieron trasladar la santa imagen a Cáceres pero el vaquero Gil se opuso a ello, aduciendo que la voluntad de la Santísima Virgen era que su efigie fuese venerada en el mismo sitio donde había estado oculta tantos siglos. Con esto convinieron todos en dejar la imagen en aquel lugar y edificaron una rústica ermita provisional, donde la colocaron en espera de un templo más decoroso.
De todos estos prodigios dieron parte al Rey don Alfonso XI las autoridades eclesiásticas y civil de Cáceres. El monarca contribuyó de buen grado y con larga mano a los trabajos que emprendieron los fieles para que el culto de la sagrada Imagen tuviera el debido esplendor, cediendo cuantiosas rentas al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y designado para su servicio seis capellanes y un Prior, que fue primeramente el Cardenal don Pelayo Barroso. También a los capellanes les otorgo rentas con que atender a su manutención y al sostenimiento del Hospital de San Juan Bautista que se estableció junto al Santuario.
Como complemento de esas tan piadosas como magnánimas mercedes fundó el monarca una población inmediata al Santuario y dio a sus cincuenta primeros habitantes terreno suficiente para edificar sus viviendas y tener tierras de cultivo; todo ello se le cedió libre de gabelas, y sin más tributo que el diezmo para el santuario. Otorgo, además, ejecutoria de nobleza al vaquero Gil, con uso de escudo el  que se perpetúa el milagro de la aparición de la Santísima Virgen. La Reina del Cielo correspondió a la generosidad del monarca ayudándole con su poderosa protección en las diferentes guerras que emprendió contra los mahometanos, y muy especialmente en la famosa batalla del Salado, donde recibió rudo escarmiento la morisma. El Rey don Alfonso XI se mostró sumamente agradecido a la Virgen por tan señalado favor, en cumplimiento del voto que había hecho antes de la batalla, fue en romería al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, al que donó buena parte del riquísimo botín cogido a los mahometanos.


DEL MEDIO MISTERIOSO QUE DISPUSO LA PROVIDENCIA DE DIOS PARA QUE SE TRAJESE AL VALLE DE PACASMAYO LA MILAGROSA VIRGEN DE GUADALUPE
Entre los nobles que en las conquistas y pacificaciones de este Nuevo Mundo sirvieron a los Reyes, apostando  las vidas con sus lealtades y las haciendas con los trabajos de la guerra, ganando méritos; a quién jamás igualarán ni nuestras alabanzas ni sus premios, pues éstos fueron cortos por desdicha y aquellas han sido desfiguradas por envidia. De los que más que hicieron en lustre de persona, en lealtad de hidalgo, en valor de milicia y en fuerza de soldado fue el Capitán Francisco Pérez de Lezcano, a su pesar experimentaron desleales tiranos y rebeliones, diéronle no por igual paga, si no en señal de otras mayores condignas a su servicio, renta en indios haciéndole feudatario del pueblo de Chérrepe; que después lo mudaron los Religiosos de San Agustín de la playa a dos sitios en que se trasegó por mejora de asiento, se llama Pueblo Nuevo, si bien los indios conservaron su antiguo nombre; y el puerto, pocas veces manso, llaman los españoles Chérrepe.
El Capitán Francisco Pérez de Lezcano tuvo por esposa a Doña Luisa de Mendoza, de alta alcurnia y de la mejor virtud de su nobleza, y por hija a Doña Graciana de Mendoza y Lezcano que se casó con Diego García de Chávez ilustre Caballero de Trujillo en Extremadura, avecindados en este valle de Pacasmayo. El padre Calancha dice que dá estos datos por haber sido Lezcano el escudero que trajo de la mano a la Reina de estos valles y a la Emperatriz de los Cielos y fue la ocasión y el motivo el que sigue. Como feudatario de Chérrepe y Señor de          Pacasmayo debía hacer su vecindad el la ciudad de Trujillo, aquí lo estimaban, unos por su afabilidad, otros por sus beneficios, los pobres y humildes por su amparo y los nobles y ricos por sus correspondencias y cortesías, con esto debía tener émulos su envidia y contrarias voluntades su estimación.
Era el Corregidor de Trujillo émulo de nuestro Capitán Lezcano, conocíale la pasión y gobernaba sus acciones con prudencia. Amanecieron una mañana por las puertas de algunas familias honradas libelos infamatorios, que afrentando a los que nombraban, causó general irritación en cuantos lo oían. Corregidor y Alcaldes hicieron cautelosas pesquisas y no se atemorizó  el autor viendo sus diligencias; otro día aparecieron mayores infamias en mejores puertas, por lo que embravecidos los de la República prometían premios a quien descubriese al maldiciente y amenazas al desalmado, que sin esperanzas de premio u honra afrentaba a tantos. Los mismos vecinos rondaban la ciudad y entre éllos mismos  andaban con disimulo el que con disimulo los ponía; era engrudo y papel los instrumentos de su malicia y daños grandes los de su ofensa.
Viendo pues que si eran en menos puertas eran las deshonras mayores y que por fuerza era alguno de los muchos que rondaban o algún descomulgado que nunca dormía prometieron una gran dádiva al descubridor del autor o rastrearse el origen de la maldad: salieron dos testigos y dijeron que el malhechor era el Capitán Francisco Pérez de Lezcano por lo que habían visto un bulto parecido a él, delación que oyó con gran gusto el Corregidor, sino fué el quien levantó la malicia y estos dos los que lo pusieron en píe. Al punto prendió el Corregidor al inocente Capitán y no fue poco guárdale el privilegio de su nobleza, púsole el las Casas del Cabildo con grillos, una gran cadena a los pies y seis hombres de guarda, fulminó la causa sin más prueba que parecerse el bulto que veían al Caballero que acusaban y sustanciada como se puede esperar de un corazón enemigo y de un juez cobarde le sentencio a muerte y que para ejecutarse lo sacasen por las calles   de la ciudad y a voz de pregonero dijesen su delito por haber afrentado falsamente a los nobles, a los ostrados y a las mujeres virtuosas, por lo cual le fuese cortada la cabeza en público cadalso. No debió sentir el afligido caballero tanto el agravio de la muerte como el título de la afrenta, considerando que los más de su República deseaba su castigo en venganza de su calumnia y los amigos ponderaban su queja viendo que no les había valido lo sagrado de la amistad, si bien todos dudaban cuanto lo conocían, que pocos tendría en su defensa él que de tantos había sido su protector. Apeló a la sentencia y no se otorgo la apelación, porque aclamaban su muerte los ofendidos y deseaba la aclaración el juez apasionado; recibió los sacramentos, desahuciado de toda humana esperanza y desesperado de ruego o favor.
La noche anterior a su día fatal se presentó por vía de agravio ante el tribunal de Dios y asalarió con súplicas de humildad para abogada a la clementísima defensora de los afligidos, la Virgen Santísima de Guadalupe la Extremeña, ante quien estaba averiguada su inocencia y por quien se negocian pleitos desahuciados en la sala de la infinita justicia. Hizo voto a esta Señora y Divina Protectora que si le libraba de aquella muerte pasaría a España y traería el original de Guadalupe, un verdadero retrato que fuese adorado y servido en el valle de Pacasmayo, el cual entregaría a los Religiosos  de San Agustín, a quién se encomendó, dándole de su hacienda para que fuse su culto y templo celebrado y magnífico. Entre esperanzas y miedos pasaría las horas de la noche, al amanecer se oyeron grandes voces que un platero daba, abrazado a un Clérigo Sacerdote en hábito secular con quien bregaba, porque deseando huir se le defendía; concurrió gente de corrida entre éllas la justicia que velaban o estaban a la mira para que no se les fuse el preso, llegaron al ruido y a grandes voces dijo el platero: estando yo encerrado en mi tienda, oí dar unos golpes pequeños en mi puerta, como que clavaban algo, abrí con prisa y hallé a este mal Clérigo que me estaba clavando aquel libelo, decía: Para ti faltó el engrudo Indio agudo, para tí faltó el engrudo; estábalo clavando con dos tachuelas se me ha querido escapar y no ha podido. La culpa enmudeció al delincuente, que lengua que ofende a otros, sólo calla cuando le importara defenderse y viene a ser la lengua castigo de sí misma y el silencio verdugo y testigo contra la locuacidad.  Prendieron al Clérigo y aguardando el Capitán a los que debían ir a ejecutar el suplicio, entraron dando voces: ya se ha descubierto al malhechor y mandan suspender la muerte del Capitán. Oh que linda es la misericordia en las últimas pausas de la gran tribulación; tan dulce para el afligido como es la lluvia del Cielo para la Tierra y que dulcísima nueva la que entraba entre los agrios de su terrible pena y en boca de los ministros de la muerte la impensada cédula de su vida. Conoció que venía del Supremo Consejo de la Gloria ganada a súplicas de su Reina, obligada por los ruegos de San Agustín, publicó el milagro confesó su obligación.
Procedióse contra el Clérigo y queriéndole dar luego tormento, declinó jurisdicción; advocó la cusa a su fuero Eclesiástico, el Corregidor continuaba el informe alegando le había hallado en hábito secular, vencieron las censuras y apremiando al Clérigo su Provisor confesó derechamente que él era el único dueño de los libelos y el autor de aquellas infamias. Salió nuestro Capitán libre, honrado de todos los nobles, aplaudido por la plebe a la hora y por las calles que debía salir al cadalzo.
Sentenció el Clérigo su Ordinaria y aquella noche huyó de la cárcel y fue hasta Panamá queriendo pasar a Nombre de Dios, cayó la mula a un río que llaman Chagre, echóse a nado el Clérigo llegando cerca de la orilla contrapuesta salió un caimán que comenzando por una pierna se lo comió, murió miserablemente y fue la pena proporcionada a la culpa, pues pecó mordiendo y penó mordido.
El reconocido Francisco Pérez de Lezcano al punto dispuso su viaje, ordenó su casa y fue a cumplir su voto. Llegó a España con próspero viaje y continúo su camino a la Casa de Guadalupe, erario del cielo y cielo de milagros, hizo sus novenas devotas, dio limosnas magníficas, reconoció la deuda y trató la paga. Propuso a los Religiosos frailes de San Gerónimo (serafines de aquella Arca Santísima) su pretensión, refirió su caso, alegó  su viaje, interpuso su riesgo y pidió permiso para sacar un traslado; atendiendo a todo le concedieron licencia. Un entallador que trajo consigo de Sevilla, hombre primero en aquel arte, ejecutó con primor y la sacó en breve con igualdad; viendo los Padres Gerónimos que el retrato parecía original, celoso de amor o consultando inconvenientes, negaron arrepentidos lo que concedieron afables; con ruegos no se mejoraron, con limosnas que ofrecía no se redujeron, valiose  del Papa Paulo IV, para que le expidiera una             Bula Papal;  y oída su suplica mandó con censura que tuviese debido efecto la primera promesa y ejecución la soberana entrega.
Hízole el devoto caballero una arca forrada de telas y vistiola de ricos brocados y entre holandas puras puso la más pura de los Cielos, embarcóse con su celestial empleo, más contento con traer su Reina que si tuviera por suyas Monarquías de los Reyes, porque un agradecido en la paga tiene su gozo y en la correspondencia su ganancia.
Llegó el Capitán con próspero viento a Nombre de Dios, fletó mulas para su Señora y para sí, entregó el arca dichosa sin decir su tesoro al arriero  que entre dos fardos la ponía. Caminaba la Reina y caía con la carga tres mulas como estos fardos se mojaban aquellos se hundían, todos daban tropiezos y la mula en que venía no mojó el fardo ni dió tropiezo ni daba el arriero cuidado, el arca el arca que encierra a la Virgen de Guadalupe no afligía a quien la llevaba, sino que lo alivia; no mata al que la toca sino que lo favorece, lloren aquellos rigores en los campos de Nachón y celebren estas afabilidades en los atolladeros de Panamá. Pasado uno y otro día le tenía más cuidado la novedad de aquella mula, que los riesgos que sacaba a las otras; pregunto el arriero al Capitán que le dijese que traía  en aquel cajón por que le admiraba a él y a los otros pasajeros que habiendo caído todas muchas veces con los fardos y cargas de sus pasajeros, sólo aquella en que iba la caja no le afligía el peso, no caía ni tropezaba ni era menester guiarla por que entraba en la dormida como salía de la jornada, y como si alguien la trajese de tienda iba derecha. A fuerza de ruegos le pudo sacar que allí traía una Santa y muchas reliquias, simulación cuerda y desvelo prudente; el arriero cobró tan grande devoción por el arca que pudiera contarse por milagro de la Virgen dar devoción a un arriero, pues las veces que la subía y bajaba haciendo sobre su aforro una cruz, la besaba; teniendo en tanta veneración lo que encerraba el depósito y él y los pasajeros.
Llegó a Panamá y con prospero viaje a su puerto de Chérrepe donde enfrenó la locura de aquellas olas que suben en montes y bajan en toros, arremetiéndose unas a otras, tan bravas siempre, que rara vez se pasan sin peligro y a pocos olean que no los maten, entonces las vieron tan fuera de su condición, afables que humildes reconocieron a la Estrella de los Mares.



TEMPLOS EN SU HONOR
En el año de 1562, el devoto y agraviado capitán expuso a la veneración de la sagrada Imagen en una capilla se su tierra, mientras construía otra más apropiada. Inmediatamente avisó al P. Fr. Juan de San Pedro, Prior a la sazón del convento de San Agustín de Trujillo, y al P. Provincial, la cusa de su voto, su viaje a España, la traída de la Imagen, y sus deseos de que los religiosos agustinos se encargasen y fuesen los depositarios de aquella bendita Imagen, ofreciéndoles terreno donde levantar un templo, heredades para sustento de los religiosos y pensiones para el coro.
Entre tanto que estas gestiones se llevaban a cabo, el fervoroso capitán edificó una segunda y más decorada capilla, en un pequeño y cercano cerro, llamado Namul, próximo a su molino.
Recibió el Provincial, Fr. Pedro de Cepeda, la donación de la Imagen, aceptó gustoso que sus religiosos se encargasen de su culto y dio orden al mencionado P. Prior de Trujillo, Fr. Juan de San Pedro, y al P. Fr. Luis López, acompañado de varios religiosos, el 06 de Junio de 1563, día de la Santísima Trinidad.
Dice el P. Calancha que era esta segunda Capilla, en la, que había trabajado como jornalero de la Reina de los Cielos, el propio Capitán Pérez de Lezcano, fue pasto de las llamas el 07 de diciembre, pero no anota el año. Se salvó del incendio solamente la Imagen de la Virgen, por un milagro que ella óbro y que relata minuciosamente el P. Calancha, junto con el de una niña que cayó en el canal del molino, y no obstante la violencia del agua en el redonzo, la encontraron viva y sin daño algún, gracias a un milagro que óbro la Madre Divina  de Guadalupe.
Ante la total ruina de la Capilla, los religiosos y los fieles comenzaron con todo denuedo y fervor a la edificación de la nueva Iglesia, Convento  y Casa de Peregrinos en la falda del mismo cerro donde el fuego había destruido la anterior capilla.
Añade el historiador P. Calancha, que el nuevo templo lo construyeron suntuoso, sin dejar constancia del año que lo comenzaron y terminaron, y que en él obró la Santísima Virgen  numerosos milagros.
Seguidamente hace notar que había al cuidado de este Santuario cincuenta religiosos, porque tuvieron allí, durante algún tiempo, el estudiantado, y siempre la casa del Noviciado. Así se comprende a los innumerables peregrinos que de todas partes acudían y que el culto y devoción a la Virgen fuera tan esplendorosos.
La nueva desgracia vino a poner en prueba la fé y amor de los devotos a la Virgen de Guadalupe. El 14 de Febrero de 1619, a las 11 de la mañana, un espantoso temblor de tierra, cuyos terroríficos efectos se dejaron sentir a la distancia de más de 100 leguas, con pérdidas de muchas vidas y destrucción de miles de casas, echó por tierra esta Iglesia, Convento y Casa  de Peregrinos.
Lejos de sufrir menoscabo la devoción con este infortunio, le sirvió de estímulo para hacerla más enardecida y vigorosa, pues tanto los religiosos como las personas devotas, todos, a porfía se esforzaron y contribuían a levantar el magnífico templo en el que hoy se venera a la excelsa Patrona de Guadalupe.
El P. Fr. Fernando de la Barrera, Prior en aquel entonces de Guadalupe y Definidor Provincial, emprendedor y entusiasta, dió principio a la nueva obra el 17 del mismo mes, o sea tres días después de la catástrofe, en lugar distante un cuarto de hora de la anterior. El día de San Mateo se inauguró la capilla provisional, y ante la Imagen de la Virgen de Guadalupe se celebró la primera misa. Aquí se edificaron también provisionalmente las celdas y oficinas y se levantaron las paredes del nuevo y airoso templo de piedra y ladrillo que hasta hoy perdura y es la admiración de cuantos lo contemplan; obra por la esbeltad, sus amplias y armoniosas dimensiones, y también por la primorosa crucería de sus bóvedas y de la sacristía y campanario. En opinión el P. Calancha, siempre excesivamente ponderativo de las cosas de su Orden, es el mejor y más suntuoso templo de bóvedas que hay en cien leguas a la redonda, con ser –añade- muy hermoso no pocos de ellos. Lo terminó el P. Fr. Francisco  Castro, quien lo adornó con colgaduras, láminas y grandes cuadros de vistosas pinturas que representaban los principales y más celebrados milagros de la Virgen.
Construyó, así mismo, un ángulo del grandioso claustro, y los otros tres los fabricó el P. Maestro Fr. Hernando de Maldonado, quien continuó después el claustro y habitaciones para los religiosos. A la sombra de este Santuario, españoles e indios y se formó la actual ciudad de Guadalupe.