CEMENTERIO TOMAS
LAFORA
En un legajo
especial de archivo de la Beneficencia Pública de Guadalupe, está un testimonio
de donación de un terreno que dice:
“……..Junio 08 de
mil ochocientos ochenta don Juan Manuel Castañeda copartícipe y dueño de la
Hacienda Farfancillo dona un amplio terreno a la Beneficencia Pública de
Guadalupe para la construcción de un panteón, que camina hacia el nor oeste del
Hospital Tomás Lafora………..
“……………….en junio
veinte de mil novecientos cinco, don Ramón Balarezo, Presidente de la
Beneficencia Pública de Guadalupe, solicita pidiendo autorización al Supremo Gobierno la Construcción de un Cementerio,
comprendiendo que es lo que más urgencia necesita la Villa de Guadalupe.
La solicitud fue
aprobada en 1905 el 5 de julio y autorizada el 21 del mismo mes. Después de
tantas diligencias encabezadas por Don Ramón Balarezo, surge una resolución
Suprema dada en Lima el 17 de enero de 1908 mediante la cual, concede a la
Beneficencia de Guadalupe la autorización para la edificación de dicho campo
santo; debiendo efectuarse los trabajos con sujeción a planos hechos por el
ingeniero del Estado don Gerardo Chipoco y presupuesto de la obra dados por el
arquitecto don Pedro Geraldino.
Una vez teniendo
el material de construcción y la mano de obra se da comienzo a tan anhelado
sueño, al NO de la población, en un monte de algarrobo contiguo al Hospital, a
400 metros de la espalda de este, teniendo 135 metros de frente por 100 metros
de fondo o sea 13,500 metros cuadrados.
Fue inaugurado el
26 de noviembre de 1914, siendo director de la Beneficencia, el señor Ruperto
Condemarín. Aquí se encuentran los restos mortales del filántropo Guadalupano
don Tomás Lafora, en el centro del panteón que lleva su nombre, debajo de un
mausoleo levantado en su honor.