EL
MANU RAK, SIMBOLO ETNOHISTORICO GUADALUPANO
POR
LUIS CLEMENTE LOSTAUNAU RAZURI.
Aquel verano de 1,978, una misión arqueológica
norteamericana de la Nacional Science Foundation, apuraba los desmontes para confirmar
el ingreso al patio II de la gran ciudadela de Farfán, cuando sus directores,
Keatinga y Conrad, fueron advertidos de la presencia de algo nada común, en lo
que llevaban trabajando dicho asiento pre-hispánico.
Conviene, antes de proseguir, indicar que es lo que
se conoce como la Ciudadela de Farfán, geográficamente, Farfán es en la
actualidad un paraje semiárido, compuesto por varias colinas suaves entrecortadas
por visibles álveos aluviales, de temporadas lluviosas; y, extendiendo por mas
de tres kilómetros, a lo largo de las faldas de una cordillera conocido como cerros de Faclo,
frente al predio agrícola La Calera. A menos de tres mil metros al sur y en
línea recta de la actual ciudad de Guadalupe. Esta importante área ha servido
en otras épocas y hasta la llegada de los hispanos, como asiento del más
notable centro de control administrativo de recursos estadísticos; así como, de
la organización de la producción de bienes y de su distribución en el Valle de
los "Pacasmayos". Por sus proporciones, rasgos arquitectónicos y el
emplazamiento, obedece al patrón "Chimú" y es probablemente una
penetración: regida desde "Chan-Chan".
"Farfán", palabra proveniente del Yunga
o lengua de los Mochicas, ha llegado a nuestros días lógicamente alterada por
el oído y la escritura de los Españoles; pero no cabe duda, su fonética
original debe haber sido así: "far" (fiesta, alegría, diversión,
regocijo, agasajo, placer) y "fon", "fonep" o
"funep" (cima, cumbre, cabo, extremidad); o, simplemente, con el
verbo "fun-ein" (comer, alimentarse) que, en el primer caso,
indicaría: "cumbre o extremo del placer, del agasajo, de la diversión,
etc; y, en el segundo "la fiesta o alegría de comer", o de otro
modo "comer o alimentarse en la
fiesta".
Nos inclinamos por la composición" Far-fun"
(comer placenteramente), pues, en la ciudad de la arqueología se comprueba un
interminable numero de pequeños cuartos aglutinados que, a manera de bodegas,
almacenes o despensas, han servido para acopiar alimentos.
Pero; volvemos al patio II de farfán, en aquella
mañana en que Keatinge y Conrad, se detuvieron frente a la posible entrada
principal del núcleo en la que varios obreros, desde el día anterior, venían
retirando cuidadosamente la tierra hacinada de los muros erosionados a través
de cientos de años. Ya podía verse con toda propiedad que, en realidad, era la
puerta principal; pues, se trataba de un pórtico de más o menos dos metros de
luz, desprovisto de dintel, pero con pilastras reforzando el tapial a manera de
cortas aletas. A ambos lados, aparecían emplazados perpendicularmente sobre
soportes de adobe de mínima elevación, seis palos labrados; tres por lado y
frente a frente haciendo calle, cuya representación, los citados arqueólogos describen
en su reciente obra: "Imperialist expansion in Peruvian prehistory Chimu
administration of a conquered territory", Boston University, 1983.
"La entrada principal al norte del patio (o
canchón), consiste en un portal pilastrado, adornado en otro tiempo, con seis
figuras talladas en madera; tres a cada lado del vano. Cuatro de estas figuras
fueron encontradas parcialmente intactas, cada una representando el mismo
diseño; un colosal felino sentado, protegiendo desde atrás, una pequeña figura
humana. aunque en diversos grados de deterioro, debido a la infestación de las
termitas, cuatro de las seis figuras originales, fueron halladas en su propio
emplazamiento y aprovechada en la reproducción esquemática de la escultura del
imponente felino y de la pequeña figura humana, que protege desde atrás,
sentado y algo agazapado. Huellas en pintura blanca se encontraron sobre la
cabeza de uno de los felinos que, además de firmemente tallados, estuvieron
decorados con esmero".
Por que, considerar esta figura tallada en madera de
"chocoloque" (sapindus saponaria l.) como símbolo etnohistórico de Guadalupe?
Palmariamente, su representación y ubicación; la función, el arte y su momento,
son razones por ahora más suficientes para adoptar este posible
"ídolo", como expresión de arte y artesanía, de leyenda y de
historia, de trabajo y de riqueza, de vigilancia y seguridad; y, por último, es
evidencia de bravura y amparo.
A la llegada de los hispanos, "Farfán",
"Anlape" y "Fur" integraban una colectividad Chimú de
labradores sobre cuya base, en 1,564, se estableció el asiento o pueblo de
Nuestra Señora de Guadalupe, en las faldas del Cerro Namul. Tiempo aún, después
de tal acontecimiento, las familias indígenas agrupadas residualmente en Farfán,
mantuvieron sus ritos, creencias y costumbres ancestrales; tal lo escribe el R.P.
Fray Antonio de la Calancha (1,629) en su invalorable "crónica
moralizadora........."
".........tenían un palacio y silla principal
en la gran huaca sian que estaba en la parte y asiento que era Guadalupe......el
primer día de luna nueva; era el de mayor sacrificio, ya de comida, animales y
aves; ciegos en su religión sacrificaban sus hijos .........en las mansiones de
estas huacas, que son muchos los aposentos, asistían demonios como en el propio
domicilio, continuando este señorío aún después de haber poblado los españoles
estos valles que diversas veces y varios cristianos oían las voces......."
Esta magnífica y singular figura de un
"felino protector", repetida por seis veces en el pórtico principal
de la entrada a ese "conglomerado de cuartitos asimétricos de patrón
chimú, que es "Farfán"; y hábilmente modelada en un palo cilindro de
60 por 15 centímetros, con datación de carbono 14 de quinientos años; es nada
menos que el "MANU RAK" nombre con el que los mochicas designaban al
puma, al gato montés y similares; es la representación alegórica profunda de
aquel "mundo origen" que, aceptando transferencias de aspecto
racional, permitió una fusión de razas y culturas tan desiguales que, en su
evolución, han colmado de fecundidad el espíritu y el vigor del guadalupano de
hoy.
Y MANU RAK, no solamente es un símbolo, para mayor
sentido, es un incomparable nexo entre dos propósitos humanos; felizmente
compatibles.......
Guadalupe,
octubre de 1985.