Los Agustinos del Convento de Trujillo, protagonistas de la
fundación de Guadalupe.
El Convento de San Agustín de Trujillo se fundo el año de
1,558 siendo Provincial el P. Prior Juan de San Pedro y su Primer Prior el P.
Fray Diego Gutiérrez. El P. Calancha dice que era el edificio más hermoso del
Perú, por sus bellos artesonados y dorados. Y el P. Torres afirma también que
“llego a ser uno de los más insignes Conventos de Regulares que había en el
Reino y se conservo en su lustre muchos años hasta 1,619, en que lo arruino con
toda la ciudad un horrible terremoto. Se reconstruyo pero no con tanto brillo.
Hoy se conserva la Iglesia y parte del Convento que lo ocupan
los hijos de San Francisco de Asís. El año de 1563, era Prior el mismo P. Juan
de San Pedro, que con tanto éxito llevo la dirección de la Fundación del
Santuario de Guadalupe.
Los Religiosos que tomaron parte activa en la Fundación del
Santuario de Guadalupe y aceptaron las donaciones de Francisco Pérez Lezcano
fueron todas personas dignísimas y muy respetables: rara vez concurren en un
mismo negocio, un numero igual de personas tan distinguidas en favor del
Evangelio y de la Orden. Fueron ellos; El P.P. Juan de San Pedro, que como ya
dijimos, era entonces el Prior del Convento de Trujillo;
fue uno de los doce primeros Apóstoles Agustinos del Perú, varón santísimo, misionero intrépido y abnegado,
Maestro en Sagrada Teología, cuatro veces Provincial y, como dice
Calancha-Torres, “el que sin duda trabajo mas que todos en la Provincia”; R.P.
Luis López Solís, Maestro y Catedrático de Teología en la Orden y en la
Universidad de San Marcos de Lima. Provincial insigne, Obispo de Paraguay,
Quito y murió Arzobispo electo de Lima. De el refiere Calancha que siendo Prior
del Convento de Lima y yendo a visitar al Arzobispo, que lo era Santo Toribio
de Mogrovejo, al anunciarle la visita del P. Luis López, dijo al santo
Arzobispo a sus familiares: “Compónganse, que viene la persona mas docta y
virtuosa de estos Reinos”; el R.P. Juan de Almaraz, hijo de la insigne
fundadora del Monasterio de la Encarnación de Lima, Maestro en Sagrada
Teología, Catedrático de S. Escritura de la Universidad de Lima, Provincial y
murió electo Obispo de Paraguay, como sucesor del P, Solís; el P. Andrés de
Villarreal, varón observantisimo en las Provincias de Castilla y del Perú.
Ángel de Paz, Maestro de Novicios del Convento de Lima y Prior Provincial de la
del Perú; Luis Prospero Tinto, Noble Caballero de Valencia, que llego al Perú en
el Sequito del Virrey Márquez de Cañete y renunciando a su honroso porvenir,
entro en el Convento de San Agustín de Lima, fue Maestro en Sagrada Teología y
Prior Provincial. A estos hay que añadir al P. Baltasar Mexia y Fray Jerónimo
de Escobar, quien murió en Cádiz consagrado ya Obispo de Nicaragua, los cuales,
con el P. Solís fueron los primeros conventuales del Convento de Guadalupe.
Estos datos sobre grupo tan selecto de religiosos nos dan idea del interés con
que miró la Provincia Agustiniana del Perú esta Fundación y así se comprende la
importancia que tuvo este Monasterio durante todo el Periodo del Virreinato.
Fuente, Claudio Burón Alvarez, OSA.
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