sábado, 12 de febrero de 2022

Génesis de la Evangelización en América.

 

GUADALUPE

Génesis de la Evangelización en América

Por Luis C. Lostaunau Rázuri.

En un mundo nuevo, de extensos despoblados arenosos y cortos pero fructíferos valles, este lado de la naciente América, esperó desde siempre ser escenario de un hecho singular, no solamente para los hispanos recién llegados con sus huestes multirraciales, sino también, para los propios yungas; pacíficos y esforzados trabajadores de la tierra, la artesanía y la organización heredadas de mochicas y chimúes. Hecho singular que convertiría al Valle de los “Pacasmayos”, en un lugar elegido, en un centro de peregrinaje, en un trono de inagotable veneración a la Santísima Madre de Jesús, ¡en la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe......!

Sí, esperó de siempre; porque desde la más oscura noche de los tiempos el hombre forjado en el ámbito de este valle, ha sido de profunda esencia religiosa como se testimonia no sólo por los importantes y originales adoratorios milenarios de Pacatnamú, Farfán, Yocyocán, Izocotón, Moro-Moro, Cisnan, etc.; sino por la infinidad de objetos de metal, barro y fibras que destinó para manifestar su gravitante propensión para idolatrar al “ente divino”. En tal caso, la luna y algunas constelaciones.

Amanecida la conquista, los hispanos con el Capitán Francisco Pérez de Lezcano como guía, fueron destinados a la ineludible transformación cultural de nuestro ámbito pacasmayino y del adoctrinamiento en Cristo del laborioso y creyente poblador nativo. Luego de establecer su   estancia en encomendero en el Repartimiento de Chérrepe, en el Paraje “Omnep”, alrededor de 1540, obtiene real autorización para fundar una Venta con Ermita y Huerto, acontecimiento que se realiza a partir del 15 de abril de 1550; dando origen a la fundación española de   Guadalupe. Posteriores sucesos conducen al Capitán Lezcano falsamente al bordo del suplicio del que se libra al implorar la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, reconocida       imagen de María del Siglo XVI. Ya a salvo, viaja a España y consigue una réplica de la   milagrosa imagen que a su vuelta entroniza con la mayor unción en la Ermita edificada en la  Encomienda de Chérrepe.

Desde entonces se sucedieron variados e increíbles prodigios, que convocó multitudinaria     concurrencia; obligando a Lezcano a ampararse en el apoyo de los religiosos Ermitaños de   San Agustín, facilitando la entrada y propagación del evangelio, cuando las grandes ciudades americanas de hoy eran montes o desiertos, en los Siglos XVI y XVII. Por ello, con justicia se afirma que, por Guadalupe, entro la evangelización a gran parte de América.

Artículo publicado en una revista local.

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