jueves, 9 de junio de 2022

 

EL PRIMER LINCHAMIENTO REALIZADO EN EL PERÚ


El primer caso de la aplicación de la Ley de Linch, en el Perú, se presentó, sin duda, en Guadalupe, Provincia de Pacasmayo, en el año 1874.

En el archivo encargado a mi señor padre, el Notario don Juan Pablo Quiñe, recuerdo haber visto el expediente iniciado con motivo de este ruidoso asunto, por el que se  siguió un sonado proceso, a causa de haber sido quemado vivo, por todo el pueblo enfurecido, un asiático de la servidumbre de don Pedro Vera, que en estado de insania, asesino a este honrado y laborioso vecino, a su esposa, en estado de gravidez, y a sus cuatro hijos pequeños; salvando una sola, por haberse marchado a casa de una tía, donde paso la noche.

Relataban que la sobreviviente, doña Lucinda Vera, casada años después con don Aniceto Rázuri, que, en la mañana del día funesto, encontró al chino afilando un hacha de las llamadas de abanico, en el patio de la casa, y que, al interrogarlo respecto a la causa de ese hecho, había respondido: pa matau tu pale, tu male, todo gente. Se relataba, además, que Lucinda, presa, de pánico, despavorida, relato el hecho a la mamá, pero la buena señora la tranquilizo diciéndole. " No le hagas caso a ese chino loco". Esto no obstante la chica, asustada, se fue a casa de la tía, a quien comunico sus temores.

Pero el chino loco debía cumplir su siniestra misión, y mediada la noche asesto mortal hachazo a don Pedro, que se hallaba recostado en una hamaca, partiéndole el cráneo, después ingreso al dormitorio de la señora, a quien victimo en igual forma, continuando su obra diabólica en las camas de los niños, y uno de ellos que huyendo de la matanza se abalanzaba a una ruma de sacos de arroz, recibió un feroz hachazo en la espalda.

El pueblo de Guadalupe, poseído de la mayor indignación al conocer la horrorosa tragedia, registro las casas de todos los chinos, destaco comisiones por todos los caminos, realizo pesquisas de hormiga en busca del asesino, que al fin fue encontrado cerca de Yonán, en el camino a Chilete, de donde fue inmediatamente trasladado a Guadalupe.

Las autoridades se dispusieron a intervenir en el juzgamiento del criminal; pero el pueblo enfurecido, arrollo a los guardianes de la cárcel, extrajo al asiático, hicieron un círculo de palos de algarrobo para que no pudiese escapar, era rejoneado por el público anhelante de venganza, lo envolvió en sus ropas y trebejos y después de rociarlo con kerosene, le prendió fuego.

El chinito, como un demonio envuelto en llamas, recorrió todos los ángulos de la plaza, buscando medio de salir del círculo formado por la muchedumbre, pero era rechazado con palos, rejones y cuchillos, hasta que cayo exánime, víctima de atroces dolores y se carbonizo.

Este linchamiento, el primero que se recuerda en el Perú, motivo un largo proceso, que hubo de ser sobreseído, ya que no era posible condenar a todo un pueblo, apacible y tranquilo, pero viril y severo, que expresaba en esa forma su resolución de defender sus fueros, su tranquilidad, en mala hora perturbada por instintos protervos y su repudio a quienes injurian con sus actos a la sociedad en que viven.

Noviembre de 1937.

Juan P. Quiñe.

Monografía de la Provincia de Pacasmayo, abril 1938.

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