RECUERDOS DE UN VOLUNTARIO
“El
Ferrocarril” del 23 de mayo de 1,880, en su sección, “La Semana”, dice:
El
lunes 17 del corriente se reunieron bajo la presidencia del Sr. Gobernador por
su iniciativa, los señores que componen la Corporación Municipal, hacendados i
demás personas notables de la población para acordar el modo como debía
llenarse el tercer contingente de sangre que para el servicio en el Ejercito
debía dar Guadalupe.
Varios
de los concurrentes, dijeron que 30 0 40 jóvenes de la localidad tenían el
propósito de darse de alta voluntariamente y en su caso, no había que
preocuparse por el contingente y más bien era necesario reunir una cantidad de
dinero para gratificar a los voluntarios que fuesen pobres y no tuviesen como
hacer sus preparativos de viaje.
Entre
los señores presentes se reunió la suma de S/. 1,000.00 y se nombró una
comisión compuesta de los Srs. Casimiro Balarezo, José Eloy Noriega y Claudio Gálvez,
que se encargue de recoger erogaciones en todo el pueblo destinadas al mismo
fin.
El
martes 18, desde las 11 am. Una banda de músicos recorría el pueblo despertando
el entusiasmo de los habitantes.
A
la misma hora la Junta de Inscripción, se reunió en el local de La Beneficencia
presidida por el Sub Prefecto de la Provincia Sr. Antonio Garatea y a poco se
unieron muchas personas más.
El
comandante A. Barrenechea pronuncio un entusiasta discurso.
El
Sr. Ruperto Condemarín fue el primero en inscribirse y haciendo uso de la
palabra manifestó que, intereses, familia, amistades, todo, todo dejaba al
santo llamamiento de la Patria. Después se inscribieron 34 jóvenes más cuyos
nombres constan en otro lugar de este número.
Al
día siguiente se dirigieron acompañados de su jefe, el Sub Prefecto, personas
notables y un numeroso gentío al vecino pueblo de Chepén.
Las
personas notables de ese Distrito recibieron i agasajaron a la comitiva.
La
Junta de Inscripción de ese pueblo acordó, reunir dinero y, en menos de 2 horas
junto más de S/. 1,000.00 los que servirán como aquí para gratificar a los
Voluntarios Chepenanos que se presentaron.
A
las 7 pm. Regresaron a este pueblo acompañados por muchos vecinos de aquella
localidad.
En
el mismo periódico hay un editorial que tiene como lema “VOUNTARIOS DE
GUADALUPE” Dice: Sublime, grandioso espectáculo es el que han presentado esta
población en la presente semana…………, se entiende en muchas consideraciones
sobre este tema y termina dando el nombre de los 38 voluntarios.
A
los 38 inscritos el 18 de Mayo se unieron unos días después, dos más Juan Mac
Coy negociante en ganado vacuno y Pablo Aldea tenedor de libros de la Negociación
Montevideo, Ingenio de Pueblo Nuevo y Trapiche en el mismo pueblo Hacienda
Cotón, cañaverales en Catalina y chacras de arroz en Charcape, todo ella de
propiedad del Ingenio Don Tomas Pallant inglés.
También
ingresaron como Voluntarios de:
Pueblo
Nuevo |
06 |
Chepén |
04 |
San
José |
02 |
San
Pedro |
02 |
Jequetepeque |
04 |
Pacasmayo |
02 |
Son |
20 |
Que
con los cuarenta de Guadalupe fueron la base del Escuadrón Tiradores de
Pacasmayo.
Con
los 60 se formaban comisiones que reclutaban, en el campo gente para el
servicio militar.
El
14 de junio de 1880, las campanas de la Iglesia de Guadalupe después de tocar
las 6 de la mañana repicaban con entusiasmo llevando con sus sones la alegría a
la población. Eran repiques magistrales, en su género; pues todas las campanas
Don José Ma. Florián que, a sus bastos conocimientos de los ritos y prácticas
religiosas, y gustos especiales para repicar. El no tocaba las campanas sino en
caso excepcionales y ese día era uno de ellos. Guadalupe iva a dar la despedida
a 40 jóvenes, sanos, fuertes, educados e instruidos que, después de haber
entregado desde abril 1879, mensualmente, su ovulo al Fondo para la Guerra, se
habían dado de alta como voluntarios. Todos dejaban sus comodidades y sus
lucrativas ocupaciones pues, artesanos, agricultores, negociantes y empleados,
eran esos muchachos.
A
medida que avanzaba el día notaban en las calles grupos más o menos numerosos
que en animada charla comentaban las noticias de la Guerra y alababan el
entusiasmo de los voluntarios que, dentro de unas horas iban a abandonar su
pueblo dirigiéndose a San Pedro para de allí marchar a Lima.
Una
banda de músicos recorría la población tocando bonitos pasos dobles.
En
aquel día ya eran 100 hombres los que habían en filas, a los que se les había
enseñado, su dimentos de pelotón, utilizando para ese objeto algunas clases de
retiradas del servicio para su avanzada edad.
A
las 9 del día tocaron las campanas la primera llamaba a Misa y, a esa hora la
población estaba totalmente embanderada. Poco rato después el Clarín de Ordenes
toco, en el interior del Cuartel a formar y trascurrida media hora la tropa
salió a la plaza dirigiéndose a los portales de la izquierda formando en
batalla, cerca del local de la Beneficencia. De allí salieron, una señora de
traje oscuro u cuatro niñas, vestidas, estas de muselina blanca con guantes,
medias de seda y botas, blancas también y llevaban sobre el corazón escarapelas
con los colores de nuestra bandera. Ese simpático grupo precedido por los
soldados que llevaban un acto en cuya parte superior había una bandera enrollada
se dirigió hacia donde el Comandante que, al frente de su tropa esperaba. A
pocos pasos de ese Jefe se detuvieron las niñas y avanzando sola, la señora, le
dirigió cortas i sencillas frases entregándole una bandera Nacional hecha de
merino que Guadalupe obsequiaba a sus voluntarios. El Comandante agradeció, en
nombre de ellos tan oportuno i hermoso presente y, tirando de un cordón que la
tenia atada, la Bandera empezó a ondear y con la sombra que proyectaba parecía
acariciar la cabeza de las cuatro niñas que les servía de escolta.
El
Clarín se dejó oír y la tropa presento las armas. Los repiques de campanas, el
tramar de los cohetes de arranque i el de los cohetecillos; el toque de
Uchumayo tocado por la banda; las vivas a la patria que lanzaba el pueblo
aglomerado en la Plaza; y el ondear de las demás banderas que parecía saludar a
la de los voluntarios, todo, formando un conjunto grandioso, sublime.
Terminada
la ovación hecha a la Bandera, empezó la tropa a lucir sus conocimientos en
marchas, cambios de paso, saludos militares formación de cuatro, etc., etc.,
Desde los portales i esquinas el pueblo premiaba con, Vivas, esos ejércitos.
La
tercera llamada a misa fue la señal para terminar los ejercicios militares días antes se había nombrado a unos
voluntarios i dragoneaban de oficiales. J. Mac Evoy i R. Condemarín. El detalle
o sea la mayoría fue encomendada a Pablo Deza Aldea.
En
formación de cuatro desfilo la tropa a la Iglesia i penetro en ella una
numerosa concurrencia estaba dentro, pero cedió el centro del templo a los
soldados que, a un toque de clarín hicieron alto.
A
pocos momentos apareció el sacerdote cubierto con sus mejores vestiduras y
empezó el oficio divino. El buen músico Don José María Lías, que tocaba
requinto; Don Gabriel Cubas y Don Nicolas Rodríguez Chilalá, tocando ambas
flautas formaban, dentro de la relatividad, un buen trio. Cuando el Sacerdote
elevo la Sagrada Forma el trio i el órgano toco el Saludario Hostia. El humo
del incienso que se quemaba en incensarios de plata maciza se elevó en el Altar
Mayor envolvieras en una como niebla al oficiante Dr. Ignacio José Sanchez. Las
suaves, melancolías y limpias notas que imitan las flautas, el requinto y el
órgano, desde el coro y que parecía bajar del cielo, invitaban a las almas a
comunicarse con su creador. En el recojimiento de esa hora, se percibieron
algunos sollozos salidos de los pechos de las mujeres que pedían
fervorosamente, por la vida de los suyos que iban a la guerra. El sacerdote
teniendo en alto la Sagrada Forma se volvió hacia los fieles que rezaban las
oraciones del caso y rendían homenaje al creador del Universo, frente de todo
consuelo los soldados, casi todos bautizados en esa Iglesia y en la cual
llevados por sus padres habían dicho sus oraciones de niños, inclinadas sus
juveniles cabezas pedían fervorosamente a la Virgen de Guadalupe, patrona de su
pueblo, protegiera a los seres queridos que quedaban en sus hogares al ir a
cumplir sus deberes de Peruanos, sirviendo en el Ejercito Activo. En esa actitud
recibieron la Bendición del Sacerdote.
Concluida
la misa desfilo la tropa hacia la Plaza y al llegar al dintel de la puerta, los
oficiales y clases ordenaron paso regular, eso era para dar tiempo a una
comisión de señoritas, situada en ese sitio a que colocaran detentes
escapularios i otros signos religiosos en el pecho de los soldados, concluido
esto, ordenaron redoblando y salieron del templo una vez afuera ordenaron a
descanso. Una delegación de voluntarios aprovecharon ese momento para ponerse a
la orden del comandante que para los efectos de la gratificación del dinero
erogado por el pueblo, se consideraron como voluntarios los enrolados tomados
en el Distrito de Guadalupe, propuesta que fue aceptada con frases de alabanza
y calurosa felicitación.
La
comisión encargada de distribuir dinero, aviso que esperaba y el comandante le
hizo conocer nuestro propósito que la comisión acogía con vivas simpático.
Formada
la tropa desfilo ante la mesa que había puesto para que la comisión entregara
la gratificación y, por lista, fueron recibiéndola. A la una de la tarde el
escuadrón dejo su cuartel y con la banda a la cabeza recorrió la Plaza
Principal i por la Calle Ayacucho se dirigió a la Estación del Ferrocarril,
acompañado de un gran gentío. Al pasar bajo los balcones de Doña Dominga E. de
Zapata, unas señoritas les arrojaban flores que los soldados agradecían dando
vivas al Perú.
Cuando
la tropa llegó a la Estación del Ferrocarril, formo en doble ilera en el anden
que esta sobre la línea férrea, en la que i sobre las tapias se ve el numeroso
acompañamiento.
El
comandante desde el balcón de un coche dirigió la palabra al pueblo. Su
brillante improvisación era interrumpida por nutridos aplausos. Al terminar
dijo Madres, hermanas i novias: debéis estar orgullosas al ver a vuestros
hijos, a vuestros hermanos i a vuestros novios engalanados con el sencillo i
honroso uniforme del soldado vosotras como la madre de las gracias podéis decir
con justicia señalando a estos jóvenes: Son nuestros tesoros.- Lo asumió la
grave y honrosa responsabilidad de velar por ellos y, pues me ha tocado la
envidiable suerte de que me las entreguéis cuando llegue el momento de prueba
el peligro ha de encontrarnos juntos. Concluida esta improvisación el Jefe
mando a discreción descanso, para que cada uno se despidiera de los suyos. Un
momento después la tropa ingreso a los coches y el tren se puso en marcha.
En
Chepén i demás estaciones se aglomeraban gentes a despedirse de sus conocidos.
Llegados a San Pedro nos alojaron en la Plaza del Mercado, inconclusa. Allí
permanecimos hasta los últimos días de Julio y el 26 salimos para Trujillo,
habiendo empleado el tiempo en instruir la tropa.
Se
suscitaron graves entredichas entre el Comandante i el Sub Prefecto debido a
que este como primera autoridad política quería que el Comandante estuviese
bajo su autoridad Barrenechea alegaba que teniendo facultades extraordinarias,
el Sub Prefecto nada tenía que ver con
él. Uno se quejaba al Prefecto y, otro informe La Mar, i el encargado de la
mayoría sudando tinta emitiendo largos informes. El Comandante había ido a La
Viña y el Prefecto pidió un informe no podía ir y el Prefecto llegue a
solicitarlo por telegrama. La mayoría conocía la cuestión y tubo listo en
limpio el informe, pero no había quien lo firmara. Pasó la mayoría el golpe
dando una disculpa que sirvió por el momento, pero el Sub Prefecto insistió
ante el Prefecto y este dirigió un enérgico telegrama. Llegó el Comandante,
leyó el informe, lo firmo i despacho un propio. “Yo no lo habría hecho mejor”
lo felicito, Distinguido, dijo.
El
26 de Julio a la 1 pm. Dejo el Escuadrón su alojamiento i se dirigió a la Plaza
Principal formando los jinetes en las veredas de esta, estando el primero en la
esquina de la cárcel i el último frente a la casa de la familia Vertiz. La
tropa quedo dando frente al centro de la Plaza en donde se colocó la Bandera i
su escolta.
El
clarín toco atención y el Comandante dirigió la palabra al pueblo despidiéndose
i agradeciendo su ayuda. Cuando terminó ordenó en su lugar, descanso y empezó
el rebullís de cientos de mujeres despidiéndose de sus parientes y amigos
entregándoles obsequio. Una señora anciana, se acercó a uno de los que
escoltaban la Bandera le puso la mano en el muslo izquierdo llamándole así la
atención, este volvió la vista: Era su madre que iba a despedirse de su único
hijo. “ Que Dios te lleve con bien i la Virgen de Guadalupe te favorezca
siempre, Pórtate bien”, y advirtiéndole de mí que con el pensamiento te acompaño, dijo la señora.
El
soldado se apeó i abrazo a su madre permaneciendo así un momento: Tocaron
atención y la Banda del pueblo toco paso doble y emprendió la tropa por la
alameda del pino, su marcha al valle de Chicama. Este tercer contingente de
Sangre se componía de 240 hombres i 240 caballos. Llegados a Trujillo nos
alojaron en la iglesia de la Compañía y a los 3 días nos trasladaron a Santo
Domingo en donde nos esperaban miles de Caránganos dejados allí por la tropa
del Obispo Risco. De estos molestos animales no pudimos deshacernos sino cuando
retornamos a nuestros lares.
Recuerdos
de un voluntario.
Numero
de los 40 voluntarios que se dieron de alta en.
Guadalupe.
01 |
Ruperto
Condemarín |
Agricultor |
02 |
Justiniani
Deza |
Carpintero |
03 |
Wenceslao
Castañeda |
Empleado |
04 |
Patricio
Robles |
Carpintero |
05 |
Manuel
Antonio Florián |
Sastre |
06 |
Tomas
Odiaga |
Agricultor |
07 |
Lezardo
Muñoz |
Estudiante |
08 |
Valentin
Arancibia |
Carpintero |
09 |
José
Carciño Marcán |
Joyero |
10 |
Bernardino
Noriega |
Agricultor |
11 |
Tomas
Quiñe |
Zapatero |
12 |
Joaquín
Almeida |
Comerciante |
13 |
Juan
Castro |
Agricultor |
14 |
Pedro
Rodríguez |
Sastre |
15 |
José
María Verastegui |
Agricultor |
16 |
Florantino
Cuadra |
Pellonero |
17 |
José
Morante |
Panadero |
18 |
Patricio
Robles |
Carpintero |
19 |
Nicanor
Ochoa |
Zapatero |
20 |
Cirilo
Gonzales |
Zapatero |
21 |
Ramón
Tander |
Agricultor |
22 |
Antonio
Correa |
Sastre |
23 |
Gertrudez
Marquez |
Agricultor |
24 |
Asunción
Rubio |
Zapatero |
25 |
Manuel
Vertiz |
Zapatero |
26 |
Carlos
Limo |
Carpintero |
27 |
Wenceslao
Cerdán |
Sastre |
28 |
José
Mercedes Gutiérrez |
Sastre |
29 |
Delfín
Castro |
Sastre |
30 |
Juan
Pizarro |
Albañil |
31 |
Nicanor
García |
Zapatero |
32 |
Manuel
Caballero |
Zapatero |
33 |
W
y F Winbremanu |
Químico |
34 |
Santiago
Pizarro |
Mecánico |
35 |
Mercedes
Linares |
Sastre |
36 |
Juan
M. Valera |
Zapatero |
37 |
Manuel
Recoba |
Ladrillero |
38 |
José
M. Candela |
Agricultor |
39 |
Juan
Mac Coy |
Comerciante |
40 |
Pablo
Deza Aldea |
Contador |
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