viernes, 26 de abril de 2024

RECUERDOS DE UN VOLUNTARIO

 

RECUERDOS DE UN VOLUNTARIO

“El Ferrocarril” del 23 de mayo de 1,880, en su sección, “La Semana”, dice:

El lunes 17 del corriente se reunieron bajo la presidencia del Sr. Gobernador por su iniciativa, los señores que componen la Corporación Municipal, hacendados i demás personas notables de la población para acordar el modo como debía llenarse el tercer contingente de sangre que para el servicio en el Ejercito debía dar Guadalupe.

Varios de los concurrentes, dijeron que 30 0 40 jóvenes de la localidad tenían el propósito de darse de alta voluntariamente y en su caso, no había que preocuparse por el contingente y más bien era necesario reunir una cantidad de dinero para gratificar a los voluntarios que fuesen pobres y no tuviesen como hacer sus preparativos de viaje.

Entre los señores presentes se reunió la suma de S/. 1,000.00 y se nombró una comisión compuesta de los Srs. Casimiro Balarezo, José Eloy Noriega y Claudio Gálvez, que se encargue de recoger erogaciones en todo el pueblo destinadas al mismo fin.

El martes 18, desde las 11 am. Una banda de músicos recorría el pueblo despertando el entusiasmo de los habitantes.

A la misma hora la Junta de Inscripción, se reunió en el local de La Beneficencia presidida por el Sub Prefecto de la Provincia Sr. Antonio Garatea y a poco se unieron muchas personas más.

El comandante A. Barrenechea pronuncio un entusiasta discurso.

El Sr. Ruperto Condemarín fue el primero en inscribirse y haciendo uso de la palabra manifestó que, intereses, familia, amistades, todo, todo dejaba al santo llamamiento de la Patria. Después se inscribieron 34 jóvenes más cuyos nombres constan en otro lugar de este número.

Al día siguiente se dirigieron acompañados de su jefe, el Sub Prefecto, personas notables y un numeroso gentío al vecino pueblo de Chepén.

Las personas notables de ese Distrito recibieron i agasajaron a la comitiva.

La Junta de Inscripción de ese pueblo acordó, reunir dinero y, en menos de 2 horas junto más de S/. 1,000.00 los que servirán como aquí para gratificar a los Voluntarios Chepenanos que se presentaron.

A las 7 pm. Regresaron a este pueblo acompañados por muchos vecinos de aquella localidad.

En el mismo periódico hay un editorial que tiene como lema “VOUNTARIOS DE GUADALUPE” Dice: Sublime, grandioso espectáculo es el que han presentado esta población en la presente semana…………, se entiende en muchas consideraciones sobre este tema y termina dando el nombre de los 38 voluntarios.

A los 38 inscritos el 18 de Mayo se unieron unos días después, dos más Juan Mac Coy negociante en ganado vacuno y Pablo Aldea tenedor de libros de la Negociación Montevideo, Ingenio de Pueblo Nuevo y Trapiche en el mismo pueblo Hacienda Cotón, cañaverales en Catalina y chacras de arroz en Charcape, todo ella de propiedad del Ingenio Don Tomas Pallant inglés.

También ingresaron como Voluntarios de:

Pueblo Nuevo

06

Chepén

04

San José

02

San Pedro

02

Jequetepeque

04

Pacasmayo

02

Son

20

 

Que con los cuarenta de Guadalupe fueron la base del Escuadrón Tiradores de Pacasmayo.

Con los 60 se formaban comisiones que reclutaban, en el campo gente para el servicio militar.

El 14 de junio de 1880, las campanas de la Iglesia de Guadalupe después de tocar las 6 de la mañana repicaban con entusiasmo llevando con sus sones la alegría a la población. Eran repiques magistrales, en su género; pues todas las campanas Don José Ma. Florián que, a sus bastos conocimientos de los ritos y prácticas religiosas, y gustos especiales para repicar. El no tocaba las campanas sino en caso excepcionales y ese día era uno de ellos. Guadalupe iva a dar la despedida a 40 jóvenes, sanos, fuertes, educados e instruidos que, después de haber entregado desde abril 1879, mensualmente, su ovulo al Fondo para la Guerra, se habían dado de alta como voluntarios. Todos dejaban sus comodidades y sus lucrativas ocupaciones pues, artesanos, agricultores, negociantes y empleados, eran esos muchachos.

A medida que avanzaba el día notaban en las calles grupos más o menos numerosos que en animada charla comentaban las noticias de la Guerra y alababan el entusiasmo de los voluntarios que, dentro de unas horas iban a abandonar su pueblo dirigiéndose a San Pedro para de allí marchar a Lima.

Una banda de músicos recorría la población tocando bonitos pasos dobles.

En aquel día ya eran 100 hombres los que habían en filas, a los que se les había enseñado, su dimentos de pelotón, utilizando para ese objeto algunas clases de retiradas del servicio para su avanzada edad.

A las 9 del día tocaron las campanas la primera llamaba a Misa y, a esa hora la población estaba totalmente embanderada. Poco rato después el Clarín de Ordenes toco, en el interior del Cuartel a formar y trascurrida media hora la tropa salió a la plaza dirigiéndose a los portales de la izquierda formando en batalla, cerca del local de la Beneficencia. De allí salieron, una señora de traje oscuro u cuatro niñas, vestidas, estas de muselina blanca con guantes, medias de seda y botas, blancas también y llevaban sobre el corazón escarapelas con los colores de nuestra bandera. Ese simpático grupo precedido por los soldados que llevaban un acto en cuya parte superior había una bandera enrollada se dirigió hacia donde el Comandante que, al frente de su tropa esperaba. A pocos pasos de ese Jefe se detuvieron las niñas y avanzando sola, la señora, le dirigió cortas i sencillas frases entregándole una bandera Nacional hecha de merino que Guadalupe obsequiaba a sus voluntarios. El Comandante agradeció, en nombre de ellos tan oportuno i hermoso presente y, tirando de un cordón que la tenia atada, la Bandera empezó a ondear y con la sombra que proyectaba parecía acariciar la cabeza de las cuatro niñas que les servía de escolta.

El Clarín se dejó oír y la tropa presento las armas. Los repiques de campanas, el tramar de los cohetes de arranque i el de los cohetecillos; el toque de Uchumayo tocado por la banda; las vivas a la patria que lanzaba el pueblo aglomerado en la Plaza; y el ondear de las demás banderas que parecía saludar a la de los voluntarios, todo, formando un conjunto grandioso, sublime.

Terminada la ovación hecha a la Bandera, empezó la tropa a lucir sus conocimientos en marchas, cambios de paso, saludos militares formación de cuatro, etc., etc., Desde los portales i esquinas el pueblo premiaba con, Vivas, esos ejércitos.

La tercera llamada a misa fue la señal para terminar los ejercicios militares      días antes se había nombrado a unos voluntarios i dragoneaban de oficiales. J. Mac Evoy i R. Condemarín. El detalle o sea la mayoría fue encomendada a Pablo Deza Aldea.

En formación de cuatro desfilo la tropa a la Iglesia i penetro en ella una numerosa concurrencia estaba dentro, pero cedió el centro del templo a los soldados que, a un toque de clarín hicieron alto.

A pocos momentos apareció el sacerdote cubierto con sus mejores vestiduras y empezó el oficio divino. El buen músico Don José María Lías, que tocaba requinto; Don Gabriel Cubas y Don Nicolas Rodríguez Chilalá, tocando ambas flautas formaban, dentro de la relatividad, un buen trio. Cuando el Sacerdote elevo la Sagrada Forma el trio i el órgano toco el Saludario Hostia. El humo del incienso que se quemaba en incensarios de plata maciza se elevó en el Altar Mayor envolvieras en una como niebla al oficiante Dr. Ignacio José Sanchez. Las suaves, melancolías y limpias notas que imitan las flautas, el requinto y el órgano, desde el coro y que parecía bajar del cielo, invitaban a las almas a comunicarse con su creador. En el recojimiento de esa hora, se percibieron algunos sollozos salidos de los pechos de las mujeres que pedían fervorosamente, por la vida de los suyos que iban a la guerra. El sacerdote teniendo en alto la Sagrada Forma se volvió hacia los fieles que rezaban las oraciones del caso y rendían homenaje al creador del Universo, frente de todo consuelo los soldados, casi todos bautizados en esa Iglesia y en la cual llevados por sus padres habían dicho sus oraciones de niños, inclinadas sus juveniles cabezas pedían fervorosamente a la Virgen de Guadalupe, patrona de su pueblo, protegiera a los seres queridos que quedaban en sus hogares al ir a cumplir sus deberes de Peruanos, sirviendo en el Ejercito Activo. En esa actitud recibieron la Bendición del Sacerdote.

Concluida la misa desfilo la tropa hacia la Plaza y al llegar al dintel de la puerta, los oficiales y clases ordenaron paso regular, eso era para dar tiempo a una comisión de señoritas, situada en ese sitio a que colocaran detentes escapularios i otros signos religiosos en el pecho de los soldados, concluido esto, ordenaron redoblando y salieron del templo una vez afuera ordenaron a descanso. Una delegación de voluntarios aprovecharon ese momento para ponerse a la orden del comandante que para los efectos de la gratificación del dinero erogado por el pueblo, se consideraron como voluntarios los enrolados tomados en el Distrito de Guadalupe, propuesta que fue aceptada con frases de alabanza y calurosa felicitación.

La comisión encargada de distribuir dinero, aviso que esperaba y el comandante le hizo conocer nuestro propósito que la comisión acogía con vivas simpático.

Formada la tropa desfilo ante la mesa que había puesto para que la comisión entregara la gratificación y, por lista, fueron recibiéndola. A la una de la tarde el escuadrón dejo su cuartel y con la banda a la cabeza recorrió la Plaza Principal i por la Calle Ayacucho se dirigió a la Estación del Ferrocarril, acompañado de un gran gentío. Al pasar bajo los balcones de Doña Dominga E. de Zapata, unas señoritas les arrojaban flores que los soldados agradecían dando vivas al Perú.

Cuando la tropa llegó a la Estación del Ferrocarril, formo en doble ilera en el anden que esta sobre la línea férrea, en la que i sobre las tapias se ve el numeroso acompañamiento.

El comandante desde el balcón de un coche dirigió la palabra al pueblo. Su brillante improvisación era interrumpida por nutridos aplausos. Al terminar dijo Madres, hermanas i novias: debéis estar orgullosas al ver a vuestros hijos, a vuestros hermanos i a vuestros novios engalanados con el sencillo i honroso uniforme del soldado vosotras como la madre de las gracias podéis decir con justicia señalando a estos jóvenes: Son nuestros tesoros.- Lo asumió la grave y honrosa responsabilidad de velar por ellos y, pues me ha tocado la envidiable suerte de que me las entreguéis cuando llegue el momento de prueba el peligro ha de encontrarnos juntos. Concluida esta improvisación el Jefe mando a discreción descanso, para que cada uno se despidiera de los suyos. Un momento después la tropa ingreso a los coches y el tren se puso en marcha.

En Chepén i demás estaciones se aglomeraban gentes a despedirse de sus conocidos. Llegados a San Pedro nos alojaron en la Plaza del Mercado, inconclusa. Allí permanecimos hasta los últimos días de Julio y el 26 salimos para Trujillo, habiendo empleado el tiempo en instruir la tropa.

Se suscitaron graves entredichas entre el Comandante i el Sub Prefecto debido a que este como primera autoridad política quería que el Comandante estuviese bajo su autoridad Barrenechea alegaba que teniendo facultades extraordinarias, el Sub Prefecto   nada tenía que ver con él. Uno se quejaba al Prefecto y, otro informe La Mar, i el encargado de la mayoría sudando tinta emitiendo largos informes. El Comandante había ido a La Viña y el Prefecto pidió un informe no podía ir y el Prefecto llegue a solicitarlo por telegrama. La mayoría conocía la cuestión y tubo listo en limpio el informe, pero no había quien lo firmara. Pasó la mayoría el golpe dando una disculpa que sirvió por el momento, pero el Sub Prefecto insistió ante el Prefecto y este dirigió un enérgico telegrama. Llegó el Comandante, leyó el informe, lo firmo i despacho un propio. “Yo no lo habría hecho mejor” lo felicito, Distinguido, dijo.

El 26 de Julio a la 1 pm. Dejo el Escuadrón su alojamiento i se dirigió a la Plaza Principal formando los jinetes en las veredas de esta, estando el primero en la esquina de la cárcel i el último frente a la casa de la familia Vertiz. La tropa quedo dando frente al centro de la Plaza en donde se colocó la Bandera i su escolta.

El clarín toco atención y el Comandante dirigió la palabra al pueblo despidiéndose i agradeciendo su ayuda. Cuando terminó ordenó en su lugar, descanso y empezó el rebullís de cientos de mujeres despidiéndose de sus parientes y amigos entregándoles obsequio. Una señora anciana, se acercó a uno de los que escoltaban la Bandera le puso la mano en el muslo izquierdo llamándole así la atención, este volvió la vista: Era su madre que iba a despedirse de su único hijo. “ Que Dios te lleve con bien i la Virgen de Guadalupe te favorezca siempre, Pórtate bien”, y advirtiéndole de mí que con el pensamiento  te acompaño, dijo la señora.

El soldado se apeó i abrazo a su madre permaneciendo así un momento: Tocaron atención y la Banda del pueblo toco paso doble y emprendió la tropa por la alameda del pino, su marcha al valle de Chicama. Este tercer contingente de Sangre se componía de 240 hombres i 240 caballos. Llegados a Trujillo nos alojaron en la iglesia de la Compañía y a los 3 días nos trasladaron a Santo Domingo en donde nos esperaban miles de Caránganos dejados allí por la tropa del Obispo Risco. De estos molestos animales no pudimos deshacernos sino cuando retornamos a nuestros lares.

Recuerdos de un voluntario.

Numero de los 40 voluntarios que se dieron de alta en.

Guadalupe.

01

Ruperto Condemarín

Agricultor

02

Justiniani Deza

Carpintero

03

Wenceslao Castañeda

Empleado

04

Patricio Robles

Carpintero

05

Manuel Antonio Florián

Sastre

06

Tomas Odiaga

Agricultor

07

Lezardo Muñoz

Estudiante

08

Valentin Arancibia

Carpintero

09

José Carciño Marcán

Joyero

10

Bernardino Noriega

Agricultor

11

Tomas Quiñe

Zapatero

12

Joaquín Almeida

Comerciante

13

Juan Castro

Agricultor

14

Pedro Rodríguez

Sastre

15

José María Verastegui

Agricultor

16

Florantino Cuadra

Pellonero

17

José Morante

Panadero

18

Patricio Robles

Carpintero

19

Nicanor Ochoa

Zapatero

20

Cirilo Gonzales

Zapatero

21

Ramón Tander

Agricultor

22

Antonio Correa

Sastre

23

Gertrudez Marquez

Agricultor

24

Asunción Rubio

Zapatero

25

Manuel Vertiz

Zapatero

26

Carlos Limo

Carpintero

27

Wenceslao Cerdán

Sastre

28

José Mercedes Gutiérrez

Sastre

29

Delfín Castro

Sastre

30

Juan Pizarro

Albañil

31

Nicanor García

Zapatero

32

Manuel Caballero

Zapatero

33

W y  F Winbremanu

Químico

34

Santiago Pizarro

Mecánico

35

Mercedes Linares

Sastre

36

Juan M. Valera

Zapatero

37

Manuel Recoba

Ladrillero

38

José M. Candela

Agricultor

39

Juan Mac Coy

Comerciante

40

Pablo Deza Aldea

Contador

 

 

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