jueves, 16 de octubre de 2025

175.- VIERNES 15, ABRIL 2016; 12:00 AM Más allá de la fundación de Guadalupe.

 

VIERNES 15, ABRIL 2016  |  12:00 AM Más allá de la fundación de Guadalupe.

La mañana del 15 de abril de 1550, Francisco Pérez de Lescano, encomendero de Chérrepe, llegó a Omnep y decidió que era el lugar  para construir una venta, una ermita y solares en cumplimiento de la Merced Real  que le asignaba tal mandato. Días más tarde, el 2 de mayo, regresó al mismo lugar y clavó cuatro cruces en las respectivas esquinas del área que había delimitado y tomó posesión del sitio con el nombre de Tambo Real de Pacasmayo. Así se fundó Guadalupe; sin embargo, ya había sido fundada mucho antes y tendría que ser fundada muchas veces después. Para saber cuándo fue ese antes es menester emprender el antiguo yunga kuno (camino moche), siguiendo las señales que atávicos peregrinos nos dejaron, hasta llegar a un destino elevado sobre precipicios, luego trasponer la gruesa muralla y penetrar en la ciudad del silencio, la que fuera el mega santuario de la luna, el mar y las estrellas: Pakatnamú. Allí se fundó Guadalupe un día indeterminado. Pero no es suficiente. En busca de ese antes debemos partir también hacia una inmensa ciudad semi oculta por el polvo de los siglos, otrora flanqueada en su portada por poderosos felinos protectores llamados Manu Rak. Fue en Farfán donde nació Guadalupe, y volvería a nacer en Singán, Pañi, Namor… y así sucesivamente. Más tarde Guadalupe vería la luz un día que una embarcación, luego de cruzar los mares, llegara a las costas del Chérrepe trayendo a la que sometería a la poderosa Si, la deidad de los yungas. Hermosa, maternal y pródiga en milagros, traía en sus brazos al hijo del Señor para criar aquí un nuevo rebaño. Se llamaba Nuestra Señora de Guadalupe y vino aquí para quedarse y dar al pueblo elegido el soplo, su nombre y la fe.  Mas hubo un momento glorioso en el que Guadalupe renació. Fue al tercer día de haber quedado sepultada por la furia de la tierra. Se irguieron los sobrevivientes, caminaron más allá del Namor y comenzaron a levantar, con bóvedas inmensas, un ilustre santuario hecho pueblo. Fue aquel 17 de febrero de 1619 un día de gloria porque volvió a nacer Guadalupe. El año 1822, Iginio, un niño guadalupano de 11 años, dejó su hogar porque soñaba inexorablemente con la libertad y se marchó sonriente a combatir por una patria libre. Ese y todos los días que nuestro pequeño patriota luchó por la independencia del Perú y América nacería Guadalupe. Nacería cada día que el Iginio empuñaba el arma con su gran corazón. Cuando la sangre se ofrenda purifica. En Guadalupe se lavó con sangre la patria mancillada, deshonrada y humillada tanto por el invasor chileno como por los propios gobernantes peruanos. Entre los indómitos montoneros y los tres jóvenes, Fernando, Justo y Manuel, que pusieron el pecho con una coraza de silencio hubo una alianza tácita de compromiso con la patria. El 28 de octubre de 1881, tras el dolor, emergió Guadalupe como un pueblo redimido de la deshonra. Guadalupe escaló al altar de la historia para entronizar a sus gloriosos héroes. Más allá de lo protocolar, la fundación de un pueblo o ciudad requiere de réplicas históricas en el devenir para que lo que se inició tenga sentido y pervivencia. Las réplicas son aquellos hechos trascendentes y extraordinarios, impulsos de fuerzas históricas y espíritus sublimes que reafirman, fortalecen, cohesionan al pueblo fundado y le abren un sendero de vida hacia adelante. Pero, además, para fundar, instituir, establecer una entidad colectiva sincrética como Guadalupe se necesitó, no de un antecedente, sino de una raíz que, en nuestro caso, tiene genes muchic que permanecen en nuestra sangre y se levantan admirables en nuestro maravilloso patrimonio cultural. Por ello, cuando en Guadalupe se celebra cada 15 de abril la fundación de la ciudad, estamos celebrando, con amplitud de sentido, nuestras raíces, el patriotismo, la fe, la valentía, la lucha, la creatividad, la cultura, en suma la gran historia de Guadalupe que es el sustento sin el cual, 466 años después de fundada, no estaríamos celebrando. Gracias a la historia hoy no somos sólo  historia, somos pueblo vivo que celebra.

 

Fuente: UNDiario.pe [https://undiario.pe/blogs/voces/2016/04/15/mas-alla-de-la-fundacion-de-guadupale]

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