viernes, 28 de junio de 2024

LA TRADICIONAL FERIA Y ROMERIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE.

 

LA TRADICIONAL FERIA Y ROMERIA DE

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

La Feria y Romería de Nuestra Señora de Guadalupe es un conjunto de experiencias (ceremonias y actividades) religiosas y paganas que se realizan en la ciudad de Guadalupe, Provincia ce Pacasmayo, entre el 26 de noviembre y el 10 de diciembre, en honor a su Santa Patrona Nuestra Señora de Guadalupe.

En el abundante calendario de fiestas patronales que ostenta el norte peruano, la Feria de Guadalupe figura como una de las más prestigiadas y concurridas, comparable sólo con la feria de Otuzco y la Cruz de Motupe.

Su origen data del Siglo XVI, cundo la histórica imagen de la Virgen –traída desde España por el Capitán Sevillano Francisco Pérez de Lezcano en 1562- se hace famosa por los milagros que obraba y atraía a millares de peregrinos. Desde entonces, la Feria de Guadalupe extendió su fama por todo el Virreinato Peruano y su hermoso templo de bóvedas góticas se convierte en el más célebre Santuario  Mariano de Sudamérica.

Al respecto, el Cronista Antonio de la Calancha anota en su Crónica Moralizadora, que en la Feria de Guadalupe se formaba un espectacular número de carpas donde se instalaban indios españoles y mestizos; y los sacerdotes daban sermones y el opulento convento repartía alimento y dinero. Gastabase tal cantidad de cera para las ofrendas como en ninguna otra parte del Virreinato Peruano, agrega el Cronista Calancha.

Así la Feria de Guadalupe cumplió un rol fundamental en el temprano proceso de catequización y aculturación yunga-hispana. Su importancia comercial también fue gravitante, teniendo como entrada el Puerto de Chérrepe, en la feria se realizaban grandes transacciones comerciales desde ganado caballar de la región hasta finas telas y porcelanas importadas de Asia y Europa.

Como muestra de su importancia, Ricardo Palma y Antonio Raimondi han registrado en sus páginas la celebridad de la Feria de Guadalupe. Diversas son las causas que han retractado su magnitud comercial, pero al cabo de cuatro siglos la fe religiosa permanece inquebrantable.

Las multitudinarias procesiones del 5 y 8 de diciembre y as misas y novenas con los fieles a plenitud en el santuario son la muestra del intenso ambiente religioso que se vive durante esos días en Guadalupe y lo convierten en uno de los principales centros turísticos religiosos del Perú. Es importante señalar que la Feria de Guadalupe no es objeto de reportajes ni publicada en los medios de comunicaciones nacional y regional; su prestigio y concurrencia se debe a la tradición de asistir a la feria que se ha trasmitido de generación en generación y debido a los canales de información popular que oralmente llegan hasta apartados lugares.

En el aspecto festivo-recreo activo destacan las tradicionales exhibiciones de caballos de paso, peleas de gallos, corridas de toros y los grandes bailes populares.

Todas estas actividades dentro de un ritmo incansable de las bandas de músicos: cuatro retretas diarias durante quince días y otras durante los días centrales.

Concurrir a la feria de Guadalupe es encontrar la oportunidad de admirar y adquirir los más aclamados productos de la artesanía norteña. Solo en Guadalupe es posible encontrar juntos a la añeja dulcería de la gran Saña, a la singular artesanía de Catacaos y a la Cerámica y Panadería  andina de Cajamarca.

Ir a la Feria de Guadalupe es vivir en su máxima expresión una especie  de síntesis de la tradición y cultura norteña como producto de la aculturación hispano-yunga.

Revista, PACASMAYO, ilustración norteña, julio-agosto 1994.

 

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