PUENTE OLIVARES
Los
hijos de la Provincia de Pacasmayo que hemos vivido alejados de sus luchas
políticas, que nos hemos sentido capaces de juzgar los actos de sus hombres
públicos, no podemos dejar de llamar "Puente Olivares" al único medio
de comunicación que une los distritos de las márgenes izquierda y derecha del
Jequetepeque, que ha llegado el rápido progreso a cada una de las
circunscripciones incrementando el adelanto con la facilidad del tránsito y
llevando a la provincia más allá de sus límites para familiarizarse con
Chiclayo.
Esa
obra magna que había sucedido al viejo puente de palos que en las inmediaciones
de Faclo Grande se levantara en la media centuria del siglo pasado y que las
avenidas del año 1871 destruyeran, fue obra del señor Carlos A. Olivares,
Diputado por la Provincia, y que no sólo fue el puente que los preocupara como
creyeron muchos inconsecuentes que antes se tendían ante él en delicada zalema
de adulación para después calumniarlo.
Ignominiosamente; también las escuelas le merecieron toda su atención,
en los seis años de su mandato legislativo; sus dietas de diputado fueron para
levantar colegios, reconstruir edificios, atendiendo así a la educación en cada
uno de los distritos.
El
puente Olivares se mantiene firme como
si sus cimientos quisieran respetar la iniciativa de quien presentara el
proyecto de construcción, esas bases formidables que desafían las correntadas
del Jequetepeque, que resisten al atrevido murmullo de sus aguas y que sostiene
la estructura férrea por donde a cada momento, a cada instante, no sólo el
labriego de las haciendas vecinas, el burro sufrido de la peara, el elegante y
brioso caballo de término; sino también ese torbellino de góndolas y camiones,
automóviles de lujo y de trabajo; al atravesar el puente "Olivares"
suenan sus roncos y guturales bocinas como saludando a la obra de ingeniería de
más recordación sobre cuyos lomos dejan las huellas de sus llantas y los
ocupantes de los vehículos ven arrastrarse las turbias o cristalinas aguas del
rio en descenso tranquilo, ya que daño no pueden hacer a ese exponente de
confraternidad provincial.
Este
es el puente que los comediantes de la política llamaron en 1930 "Puente
Libertad"; nosotros desde las páginas de este libro defendemos la tradición,
elevamos nuestra protesta y seguiremos llamándole: "Puente Olivares".
JOSE
VICENTE RAZURI, PACASMAYO Y SUS HOMBRES REPRESENTATIVOS LIMA 1947.